martes, 21 de octubre de 2008

Rosa Díez y la poligamia

Rosa Díez ha decidido interpelar al Gobierno sobre un tema que ella considera no sólo relevante, de lo contrario no gastaría en él su tiempo, sino lesivo para los derechos de las mujeres. El tema en cuestión es la política del Gobierno de repartir la pensión de viudedad entre las esposas de ciudadanos polígamos cuyos matrimonios se encuentran legalmente reconocidos en sus países de orígen. Parece ser, segun informa Europa Press, que se hace en virtud de convenios internacionales establecidos con Marruecos y Túnez y que además hay sentencias contradictorias de varios tribunales en nuestro país, que marcan tres tendencias, pagar sólo a la primera esposa, repartir la pensión en función de la duración del lazo matrimonial o bien repartir a partes iguales, que es lo que practica el gobierno a la espera de una sentencia del Supremo que le permita unificar criterios. Rosa Díez, sin embargo, opina que repartir la pensión es ofensivo para las mujeres y supone un respaldo efectivo a una práctica prohibida, la poligamia, incompatible con la política de igualdad de género exigible a un gobierno democrático y moderno. Me gustaría saber cual es la propuesta tan igualitaria que tiene UPyD para solucionar esta situación, es decir, ¿hay que privar de su pensión a todas las mujeres que han contraido matrimonio legalmente en sus países de origen con una persona sólo porque a nosotros nos parezca moralmente reprobable?¿Se priva de ella a todas menos a la primera? ¿Donde está la igualdad en eso? ¿Acaso lo que pide es que en lugar de repartir la pensión el Estado deba pagar una íntegra a cada una de las mujeres? Porque esto último sí sería beneficioso para ellas, pero lesivo para las arcas del estado y supondría un espaldarazo bastante más notable a la poligamia del que se supone que se pone ahora en práctica.
A título personal no he pensado mucho en la poligamia y no tengo una postura definida, pero aunque aceptara la tesis que iguala poligamia y discriminación, ¿que derecho tenemos a causar un perjuicio objetivo a mujeres cuya situación es legal sólo porque no coincidamos con su visión cultural? ¿Aplicar una política que no perjudica en absoluto al hombre polígamo pero lo hace notablemente a sus mujeres no es precisamente contrario a la defensa de los derechos de éstas y por tanto a la política de igualdad? ¿Son más importantes los derechos de la mujer que los de las mujeres una a una, los de género que los de las ciudadanas? ¿Mejoran en algo los derechos de la mujer privando a algunas de ellas de su pensión? ¿La mejor manera de luchar contra la poligamia es retirarles el sustento a las mujeres que la practican y tienen la desgracia de enviudar? Si, como sociedad occidental, la poligamia nos resulta deplorable, ¿no basta con prohibirla en nuestro ordenamiento jurídico?, ¿porqué tenemos además que castigar a aquellos que la practicaron legalmente en sus lugares de origen antes de residir en nuestro país? Castigar a quien se intenta proteger no me parece la más acertada de las políticas, sinceramente.
Pero lo peor de la argumentación de Rosa Díez no es lo que de impositivo tiene respecto a otras culturas, no lo que de moralista, sino el absolutamente demagógico argumento final según el cual si se acepta repartir las pensiones se está abocado a aceptar otras cuestiones relacionadas como la incapacidad de las viudas a obrar por sí mismas. ¿Y porque se está abocado a eso? No digo que no sea probable o siquiera razonable, sino que ¿porqué habría de existir la más mínima razón por la que debiera ser así?
Francamente, si el soplo de aire fresco que se suponía que iba a ser la entrada de UPyD en el parlamento se traduce en la política de la moralina, bien podríamos habernos ahorrado el viaje porque de eso ya estábamos sobrados antes de las elecciones.

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