jueves, 9 de octubre de 2008

Del miedo y la libertad

Es un lugar común recurrente estos días ese que reza que el miedo es libre, y no cabe duda que lo es. Lo que no es libre es la responsabilidad, que es obligada, es decir, uno es muy libre de sentir el miedo que considere oportuno, de hecho difícilmente puede evitarlo, pero nada obliga a convertirlo en el leit motiv de su actividad. Hay cosas que, por mucho miedo que den, deben hacerse igualmente por una cuestión elemental de responsabilidad. Evidentemente esto es un reproche a los grandes inversores, a los especuladores más bien, no se puede criticar a quien se ve en la coyuntura de perder sus ahorros, pero si resulta pertinente exigir a los grandes inversores y a los especuladores un cierto sosiego y que la responsabilidad que no demostraron en el origen de la crisis, la pongan ahora en práctica y en lugar de exigir más y más recursos públicos arrimen el hombro como nos va a tocar hacer a todos.

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