miércoles, 8 de octubre de 2008

La respuesta de los mercados... ¿no es sospechosamente parecida a una pedorreta?

Vista la respuesta de los mercados a los nuevos planes de rescate, ayuda, revitalización, rogativas al santo o como se les quiera llamar que van poniendo en práctica los gobiernos occidentales uno tras otro, España y Reino Unido los últimos, que no es otra que el recurrente descalabro bursátil y el pánico generalizado entre los inversores, va a haber que empezar a plantearse si no es preferible dejar nuestro dinero quieto y que éstos se tranquilicen a base de tilas y recuperen la confianza a base de psicoanálisis, porque comienzo a pensar que su nerviosismo, pánico o histerismo es un mal endémico contra el que casi nada se puede hacer. Ni tan siquiera la bajada de los tipos ha logrado un efecto balsámico más eficaz que un espejismo. Claro que todo esto lo digo llevado por el desconocimiento, a lo mejor resulta que la responsabilidad es algo sólo exigible a gobiernos y ciudadanos de a pié y el hecho de obviar que éstos destinen un dinero que les va a costar sangre, sudor y lágrimas pagar para solventar una crisis creada precisamente por quienes les ningunean es algo completamente razonable. Bueno, esto que acabo de decir no es del todo cierto, aunque desahogue hacerlo, soy consciente de ningún inversor debe privado cargar sobre sus espaldas el peso de esta situación y de que no todo el que invierte en bolsa ha jugado un papel reseñable en la crisis (de hecho probablemente sólo lo haya hecho una ínfima minoría), pero hay que reconocer que es irritante.
Así que a lo mejor no sería descabellado aparcar los tratamientos sintomáticos, los paños calientes y atajar el mal en su raíz en lugar de quemar unos cartuchos que van a salir a precio de oro en salvar un sistema responsable de su propia insostenibilidad. Y dedicar el dinero público a ayudar a los ciudadanos, antes de que nos acostumbremos a pagar siempre por las culpas ajenas.

1 comentario:

Sergio Sanz dijo...

El globo está pinchado, y aunque le inyecten aire, se desinfla igual.