viernes, 10 de octubre de 2008

Los regalos de Chicote

Es notable reseñar el don de la oportunidad de algunos personajes públicos con ocasión de la crisis económica, por no hablar de su absoluta falta de sensibilidad social. En este catálogo de personajes que muestran una cara, por decirlo suavemente, maliciosa, que bien podría haber glosado Borges en su Historia universal de la infamia, irrumpió ayer con fuerza Guillermo Chicote, el presidente de APCE (Asociación de Promotores y Constructores de España), con la siguiente lapidaria afirmación: "que nadie espere que [los pisos] bajen un 30% ó un 40%, antes se los regalo al banco". Analicemos la frase. La bajada del 30% o del 40% incluye las que ya se han producido, es decir, se refiere a un 30% de rebaja del precio que tenían en el momento álgido de la burbuja inmobiliaria, cuando éstos tenían un sobreprecio muy superior al de la rebaja, o sea que traducida la sentencia a un lenguaje más respetuoso con la verdad, el sr. Chicote dijo ayer que antes de venderle los pisos a los españoles a un precio justo, prefiere regalárselos al banco. Imagino que el mencionado regalo no sería tal, sino que se refiere a no pagar sus créditos y que en consecuencia el banco se los quedara, pero la forma tan arrogante y despreciativa hacia los ciudadanos que escogió para decirlo describe desgraciadamente muy bien al personaje. Pero es muy libre, cada uno se descalifica a sí mismo como quiere.
Una cosa más, si algo hemos demostrado los españoles es que somos capaces de endeudarnos hasta el límite de nuestras posibilidades para conseguir una vivienda en propiedad (hablo de la primera vivienda, que especuladores en esto también ha habido y muchos), lo cual, además de lo equivocado de nuestro modelo, habla claramente de una cosa: si ahora no compramos pisos no es porque estemos esperando aviesamente con las ofertas inmobiliarias en una mano y la calculadora e la otra que llegue el momento en que los promotores inmobiliarios se vean obligados a vender los pisos por debajo de su precio de coste para poder llevar un pedazo de pan a sus hijos, sino que simple y llanamente no podemos permitírnoslo, de modo que no debe preocuparse el sr. Chicote, en cuanto la situación se normalice y vuelvan a darnos créditos podrá seguir robándonos con ambas manos, ya que hacerlo con una sólo le resulta insuficiente, y no se verá obligado a regalarse sus pisos ni a los bancos, ni a sus familiares, ni a nadie. Ya habrá quien se vea obligado a poner en riesgo su seguridad económica y la de su familia para evitarle verse en el desagradable trance de tener que regalarle nada a nadie.

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