viernes, 27 de febrero de 2009

Garzón y la causa general contra el... Rayo Vallecano

Parece ser que el juez Garzón ha encarcelado a un jugador del Rayo Vallecano, entre otras personas, por un delito de tráfico de estupefacientes. Cabe suponer que doña Teresa Rivero, la inefable presidenta de dicho equipo, siguiendo el ejemplo de los próceres de la patria, interponga inmediatamente una querella por prevaricación contra el magistrado por las posibles consecuencias que sobre el buen nombre del Rayo Vallecano se deriven de la instrucción del sumario. Porque si existe una consecuencia evidente derivada de la doctrina Gürtel, es que investigar un delito cometido por alguien que trabaja en un determinado colectivo equivale a entablar una causa general contra dicho colectivo, algo intolerable en democracia, por tanto más le valdrá al juez Garzón, quien evidentemente no debe investigar esta causa debido al largo historial de enfrentamientos entre la familia Ruiz Mateos, propietaria del equipo, y el partido del gobierno, y además ha quedado claro que está invalidado como juez por sentir afinidad por una determinada ideología, (como tantos, por otro lado, empezando por el vicepresidente del CGPJ que fue consejero con Camps, es decir, que prácticamente todos nuestros jueces deberían dedicarse a actividades en las que pensar no fuera necesario, no sea que su podrida alma ideologizada les impida ejercer sus funciones con profesionalidad), buscar algún lugar donde deshacerse de los 600 kilos de cocaina, un detalle burocrático menor, para que el buen nombre del colectivo del fútbol en nuestro país, de mucha más relevancia social que el de la política, dicho sea de paso, no se vea en entredicho. Le propongo que los esparza por las balsas de fosfoyesos de Huelva que de todos modos son un lugar fuera de la ley donde ninguna autoridad nacional, autonómica o local se preocupará jamás de buscarlos. Por cierto, esta referencia a los fosfoyesos me da una idea para el señor Rajoy ante la eventualidad de que alguna sentencia judicial lesiva para sus intereses pueda dictarse en el futuro: debería contratar como asesor al presidente de Fertiberia, ya que ha logrado ignorar completamente la sentencia de la Audiencia Nacional de hace más de un año que le obliga a paralizar de forma inmediata los vertidos de fosfoyesos a la ría de Huelva sin que a día de hoy haya disminuido un ápice el ritmo de producción de los mismos y sin que las autoridades se preocupen por ello. En estos tiempos convulsos sus servicios de asesoría sin duda le resultarían más lucrativos que los de dirección de su empresa.
En tiempos de crisis son necesarios líderes valientes que se atrevan a cambiar el sistema para eliminar sus desajustes, y ahí tenemos una aportación hispana a los sistemas democráticos del futuro: la reformulación que el señor Rajoy ha hecho de la independencia judicial, uno de los pilares de la democracia que en el futuro deberá considerarse no en relación al resto de poderes del estado, sino que a partir de ahora la justicia deberá ser independiente de los hechos que juzga y sólo deberá preocuparse de los posibles daños colaterales que su instrucción pueda ocasionar a terceros. Así, sólo deberán investigarse delitos en los que los implicados no pertenezcan a ningún colectivo cuyo prestigio social pueda verse en entredicho, porque los intereses electorales de los partidos (por poner un ejemplo) son un bien común que debe gozar de mayor protección que la seguridad de los ciudadanos, el derecho a que se esclarezcan los delitos y, por supuesto, el interés general de la sociedad.

martes, 24 de febrero de 2009

Inconvenientes de los deseos cumplidos

Dicen que hay que tener cuidado con lo que se desea porque puede hacerse realidad. Cuando se disipe la euforia por lo que legítimamente en el PP seguramente consideren una victoria, probablemente piensen algo parecido. Porque los ciudadanos hemos logrado librarnos de un mal ministro, y eso es bueno, pero el PP ha perdido el clavo ardiendo al que tan desesperadamente se aferraba para distraer el foco de atención que con tanta insistencia pretende iluminar sus miserias para hacerlas bien visibles a la opinión pública. ¿Ha llegado por fin el momento en el que el PP comience a mostrar un comportamiento responsable? Lo desconozco, pero esperemos que ahora, sin tanto ruido de fondo, al menos la justicia pueda actuar con la serenidad necesaria para esclarecer los indicios de corrupción y, si llega el caso, podamos comprobar si los apóstoles de la asunción de responsabilidades defienden las dimisiones con la misma intensidad cuando los candidatos a dimisionarios son de los suyos.
Mientras tanto ha ocurrido una cosa bastante poco habitual, y es que debo darle la razón a José Blanco en algo, en este caso en que no es Federico Trillo precisamente quien pueda dar a nadie lecciones morales a nadie sobre asunción de responsabilidades, aunque, como sí es tradicional, no comparta las formas que ha empleado.
Esto de la política del clavo ardiendo parece ser adictivo porque en lugar de afrontar seria y responsablemente sus problemas, el señor Rajoy le ha cogido el gusto a las maniobras de distracción y ayer comenzó a pedir la dimisión del ministro de economía por la broma que hizo sobre la condición de exministro de Bermejo. A no ser que para hacer bromas o mostrarse irónico sea necesaria una licencia que el señor Solbes no posee (a diferencia del señor Rajoy, quien sí debe tenerla porque lo hace a menudo), no consigo comprender qué hay de reprobable en el comentario informal del vicepresidente económico. En fin, cada uno pierde votos como quiere, pero sería recomendable que se evitase a los ciudadanos el bochorno de ver al partido de la oposición aferrado al ridículo con tesón de iluminado, porque hay que recordar a unos y a otros que todo el tiempo que se pase mirando cortinas de humo se está de espaldas a los problemas de los ciudadanos. Y no les pagamos para eso.



lunes, 23 de febrero de 2009

Aunque sean japoneses

A veces me cuesta mucho ponerme en el papel de los responsables de el diario El Mundo para tratar de comprender el porqué de algunos de sus actos. Algunas de ellas lo consigo, pero muchas no, y este domingo sin duda ha sido una de las veces que más lejos he estado de lograrlo, y no creo que sea una cuestión de escasa empatía por mi parte, es decir, dudo que nadie más comprenda los motivos que han llevado a ese periódico a publicar unas fotos pseudopornográficas de menores como ilustración de un reportaje sobre la legalidad de tal práctica en Japón (siempre que no se muestren los genitales). En Japón, comprensiblemente o no, podrá ser todo lo legal que se quiera, pero aquí no lo es, y por encima de eso es de una ausencia de ética francamente repugnante. Una vez que se publican unas fotos aparentemente destinadas en origen a hacer las delicias de todo pedófilo, podría parecer un tema menor el hecho de que se publiquen fotos de menores sin pixelar sus rostros, como marca la ley, pero no lo es, porque en el tan hipotético como dudoso caso de que existiera algún interés informativo superior que justificase la publicación de tan lamentables fotos, nada justifica que se haga ignorando las medidas de protección hacia los menores que nuestra legislación obliga a tomar en caso de publicar imágenes suyas. Aunque sean japoneses.

viernes, 20 de febrero de 2009

El fango y la vergüenza ajena

Se puede suponer que cuando alguien decide convertir su actividad profesional en un lodazal es porque, con mayor o menor disfrute, está más que dispuesto a revolcarse en el fango. Lo señores diputados de la Asamblea, a partir de ayer más bien corrala, de Madrid parecen haber decidido rebajar los niveles de educación, cortesía y capacidad de diálogo no sólo muy por debajo de lo que supone la dignidad de su cargo, sino que por lo demostrado ayer a duras penas llegan a la suela de los zapatos de la más exaltada y polémica junta de vecinos que se pueda dar entre los ciudadanos cuyo mandato representativo tan desafortunadamente ostentan. Sepan los señores diputados de todos los grupos que participaron ayer en la algarada tabernaria en que decidieron convertir algo tan aparentemente noble como una sesión parlamentaria que al menos este ciudadano libre que suscribe, aunque sospecho que no es el único, siente una profunda, hiriente y desesperanzada vergüenza ajena por ellos. Y lo más triste de todo es que lo sucedido ayer no sorprende en absoluto.
Respecto a ese catálogo de afrentas graves en el que para tirios y troyanos parece haberse convertido la actualidad, destacaría que sí, un ministro sorprendido cazando sin licencia debe sin duda dimitir (aunque sería triste que a la postre fuera ese el detonante de su salida, no su incapacidad manifiesta), y sí, un presidente de una Comunidad Autónoma investigado por recibir regalos desorbitados deberá dimitir si se demuestra su culpabilidad, algo que por ahora no se ha hecho y por tanto se le debe seguir considerando inocente. No se si habrá cometido algún delito más grave que el perpetrado ayer contra el buen gusto con su discurso tan cursi como mediocre, pero de existir indicios de ello es completamente razonable que se investigue, porque lo que define la culpabilidad de alguien es la sentencia, no el proceso, y todo aquel que se sienta injustamente acusado de lo que sea, en lugar de rasgarse las vestiduras por ser investigado con todas las garantías, debería alegrarse de poder acogerse a todos los mecanismos que el estado de derecho le proporciona para lavar su imagen y salvaguardar su honor. Sólo los culpables deberían ponerse nerviosos por ser investigados.


jueves, 19 de febrero de 2009

Jueces, Bermejo

Es digno de asombro que se gaste más tiempo y esfuerzo en una sesión de control al gobierno en recriminarle al ministro de Justicia su inconveniente asistencia a una cacería que en hablar del hecho claro y evidente de que es el primer ministro de Justicia de la democracia que sufre una huelga de jueces, algo hasta hace poco inimaginable (aunque gran parte de la responsabilidad haya que buscarla en los jueces y su legendario corporativismo, por no decir clasismo: tengo la convicción de que si el señor ministro fuese igual de chulesco, condescendiente, mal gestor, demagogo, etc de lo que es Bermejo, pero fuese juez en lugar de fiscal, otro gallo nos cantaría). En fin, espero que sea cierto que en unos días Garzón se inhiba en el caso Gürtel y así la visión cosmoconspirativa que enturbia el juicio de los responsables del PP en estos días desaparezca, unos y otros recuperen el norte y recuerden que no es para pelearse para lo que les hemos elegido, sino para que solucionen nuestros problemas.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Gallardón y Las Vistillas

Con la que está cayendo se me hace raro no hablar de huelgas de jueces, cacerías, corrupciones o espionajes, pero es que algo me dice que si no fuese por la que está cayendo el Ayuntamiento de Madrid no se habría atrevido a dar la definitiva luz verde al atentado urbanístico que se pretende perpetrar en Las Vistillas. Pensarán, y con razón, que los medios están ahora pendientes de otros temas y que este es un buen momento para culminar este ignominioso proyecto que lleva más de diez años amenazando con convertirse en realidad pese a la oposición de vecinos, instituciones, buen gusto y sentido común.
El señor Gallardón es muy libre de no sentir el mayor respeto por las señas de identidad de la ciudad cuyo destino tan gélidamente gestiona, en su visión de futuro de la villa la emblemática vista de las vistillas es fácilmente sacrificable en pos de la modernidad que tanto adora el señor alcalde, para quien todo parece ser mejorable si se le añade un ladrillo aquí y una fachada de vidrio allá, pero dudo que sea así en el sentir de los madrileños, quienes viven su ciudad de una forma muy diferente a como la sueña su alcalde.
Que este atentado paisajístico vaya a ser protagonizado por la Iglesia, sinceramente me parece lo de menos, cualquiera a quien se le permitiera semejante desvarío merecería igual calificación (aunque es probable que a nadie más se le concediera el permiso, pero eso es otra historia), pero no debemos desviar la atención de los verdaderos responsables, que no pueden ser sino el equipo de gobierno municipal que lo permite y muy especialmente el alcalde que debería hacerse merecedor con ello de la más absoluta reprobación por parte de sus conciudadanos.

Ver más información en el diario El País

martes, 17 de febrero de 2009

El abaratamiento del despido, de la ética y de la estética

A estas alturas de la crisis ya parece claro que lo único que ha cambiado del neoliberalismo es la etiqueta, ahora parece feo denominarse neoliberal, y en su lugar, tras probar con lo del liberal de toda la vida y lo del capitalismo refundado, no existe una nueva denominación clara, ni falta que les hace, pensarán ellos ahora que han descubierto los beneficios del incógnito. Sin embargo es fácil reconocerlos porque salvo en el nombre no han cambiado en nada y si no, basta con escuchar sus mensajes, especialmente su último mantra para los tiempos de crisis, el abaratamiento del despido. Es digno de estudiarse porque la teoría viene a decir que la elevada tasa de paro que padecemos se debe al que entienden desorbitado precio del despido, es decir, como los cientos de miles, por no decir millones, de despidos que hemos sufrido han costado mucho dinero, ahora los empresarios no se atreven a contratar a otras personas para sustituir a aquellos que han dejado en paro porque la eventualidad de tener que volver a despedirlos supondría un precio que no podrían asumir. Puede que esto tenga sentido en los esquemas neoliberales de los defensores del despido libre, pero para los míos, sin duda más sencillos, tiene más sentido preguntarse: si el despido es tan caro, ¿porqué se despide tanto?
Y puestos a preguntarse cosas, no estaría de más hacerlo por la nueva política de interior respecto a los inmigrantes, porque no se trata de encontrar su encaje en una política progresista, sino de hacerlo en la de un ser humano decente. Ordenar cupos de detenciones indiscriminadas es tan absolutamente inaceptable que sorprende que no se pida la dimisión del responsable, especialmente teniendo en cuenta que sí se pide por una estupidez como la protagonizada por el inefable Bermejo y su escopeta.
Para finalizar, una curiosidad periodística. Nótese como el tratamiento de una misma noticia es tan divergente en El País y El Mundo que más allá de interpretaciones o matices, es titulada de forma absolutamente opuesta: para el uno Aznar se ofrece para formar parte de alguna candidatura a la presidencia del Real Madrid, mientras que para el otro se descarta absolutamente. Y todo ello basado en unas mismas declaraciones. Mucho se preocupan estos días los periódicos de la ética y la estética de los políticos, y no está de más preguntarse con qué fuerza moral lo hacen porque es sin duda en la prensa donde más descaradamente se han descuidado ambas.

jueves, 12 de febrero de 2009

Réquiem por el sentido de Estado

Con una cuidada escenografía y cabe suponer que tras meditar seriamente su mensaje, el señor Rajoy protagonizó ayer una de las más incomprensibles, hipócritas y demagógicas representaciones de pseudopornografía política que se recuerdan en la historia reciente de nuestra vida pública. Si el líder de la oposición o cualquiera de los teloneros que tan fielmente ayer le guardaron las espaldas, tienen pruebas de la comisión de algún delito, lo que deben hacer es denunciarlo en los juzgados, de lo contrario la presunción de inocencia por la que tanto claman debe respetarse con mucha más razón en el caso de las instituciones (ejecutivo, judicial y policía)que sin pudor atacan con tal de salvaguardar su maltrecha imagen corporativa, o lo que es lo mismo, sus intereses particulares. Hasta que se demuestre lo contrario, en un estado de derecho los delitos se investigan porque se cometen, y nadie que no esté imputado se debe sentir aludido más que como efecto colateral indeseable, pero inevitable. Lo único que el PP como partido debería hacer en este caso es alegrarse de que se juzgue a unos delincuentes, condenar sus acciones y administrar el daño con mesura e inteligencia, es decir, lo contrario de lo que están haciendo. En este estado de cosas, puede que la imagen de honradez que siempre desea transmitir un partido supere la prueba, como ha ocurrido en múltiples ocasiones con ese mismo partido o con otros, pero después de lo de ayer lo que no cabe duda que ha quedado herido de muerte es la imagen del PP como partido con sentido de Estado, y eso, parece increible que don Mariano no se de cuenta, es increíblemente más grave que la aparición de cualquier caso de corrupción que nadie está libre de padecer.

miércoles, 11 de febrero de 2009

El humo contra el fuego

Cuando los líderes de los partidos mayoritarios de nuestro país deberían estar trabajando conjuntamente en el tratamiento a aplicar para salir de esta crisis, parece que continúan ensimismados en elucubraciones sobre el diagnóstico el presidente, y en recriminaciones sobre la fecha de reconocimiento público de los síntomas el líder de la oposición. Mientras tanto, tratamientos sintomáticos y cruzar los dedos para que la situación mejore por si misma. Personalmente, con tanta analogía patológica, comienzo a pensar que entre lo mucho que me aburre el uno con su venta de humo y lo que me irrita el otro con su venta de fuego, debo padecer alguna variante leve de trastorno bipolar, pero lo cierto es que entre mis cambios radicales de estado de ánimo y la endémica ausencia de brillantez de las sesiones parlamentarias, cada vez me resulta más difícil seguir unos debates en lo que lo único que permanece constante es su condición de estériles.
Por otro lado, si con más de tres millones de parados, el crédito a pymes y familias ausente, la economía en recesión y en fin, la situación tal y como está (si Felipe II fuese líder de la oposición envidiaría semejantes condiciones), Rajoy no es capaz de imponerse claramente en una sesión parlamentaria (sobre economía, para más inri), ¿qué necesita este hombre para hacerlo?

martes, 10 de febrero de 2009

El PP y la autofagia

Siempre he pensado que los políticos no son una clase independiente de la sociedad, sino su fiel reflejo, y la aparición de casos de corrupción no demuestra nada más que la falta de espíritu democrático de parte (afortunadamente minoritaria) del país. Los corruptos son minoritarios en todos los ámbitos, pero existen, y existen visiblemente en los partidos porque en buena lógica la política es un buen camino para quien desee hacer dinero de manera deshonesta, es decir, estos individuos se meten en política porque son corruptos, no son corruptos porque se dediquen a la política. Estos casos son muy difíciles de evitar por parte de cualquier partido, pero es exigible que cuando aparezcan se actúe con rotundidad y se marque claramente distancias con ellos, actuando así no debería de haber nada que reprocharle a un partido ya que es prácticamente imposible asegurarse de que todos y cada uno de sus militantes y cargos sean honrados. ¿Ha sido así en este (estos) último(s) caso aparecido(s) en la prensa? Pues sí y no, o mejor, no y sí, creo que el PP ha hecho en parte lo correcto, pero en su torpe intento de desviar la atención hacia supuestas conspiraciones ha conseguido lo contrario de lo pretendido, es decir, cuando aparece la denuncia de un delito y los afectados, que no implicados, se apresuran antes que nada a condenar su publicación y a enunciar teorías conspirativas más o menos delirantes en lugar de a condenar el propio delito y a quienes lo han llevado a cabo, es lógico dudar de su credibilidad. Porque los tiempos son importantes y culpar primero al PSOE y la fiscalía y después aceptar y/o exigir dimisiones de personas no imputadas, además de absurdo es contradictorio. Si alguien es una víctima inocente de un montaje, lo procedente es defenderle, los ceses y dimisiones aceptadas parecen más indicadas para sospechosos. Pero se ha pretendido hacer ambas cosas y, además, en el orden equivocado. Desconozco la importancia de las consecuencias que esta sucesión de noticias y errores propios tenga para el PP, pero tengo claro que gran parte de la responsabilidad por lo que les ocurra la tendrá su manifiesta incapacidad para gestionar situaciones delicadas.
Si hubiesen manejado bien el asunto y no hubiesen hecho gala de la increíble torpeza que han mostrado, podrían haberse visto incluso reforzados, es decir, puesto que nadie está libre de la eventualidad de que aparezca un caso de corrupción en sus filas, la sociedad debe juzgar a los partidos por su reacción ante el caso, no por la aparición del mismo, y en esta ocasión, teniéndolo todo a su favor porque la denuncia parte de grabaciones hechas por cargos del propio PP, la reacción ha dejado bastante que desear.
La Comunidad de Madrid, que hasta hace poco se ponía como ejemplo de buena gestión por parte del partido de la oposición, comienza a trasladar a la sociedad una imagen tan alarmante que los ciudadanos comenzamos a entender el caso del presunto espionaje, dicho sea en tono humorístico, claro: visto lo visto parece que lo irresponsable habría sido no mantener vigilado a tanto potencial delincuente, aunque parece que no se acertó mucho al seleccionar los objetivos.

viernes, 6 de febrero de 2009

Temblores

La Presidenta de la Comunidad de Madrid, en el ejercicio de sus funciones institucionales, tuvo ayer a bien interrumpir la intervención de una representante política de otro partido para, aprovechando la autoridad que le confiere el hecho de que su voz representa la de los madrileños, hacer una intervención de gran altura intelectual que describe claramente su concepción de la política, y, extendiendo su mano, dijo: "mire como tiemblo". Con esa sencilla frase hizo suyo uno de los pilares, junto con "tú y cuantos más" y otros similares, de la chulería de barrio que no debería tener representación en política, pero que de la mano de nuestra campechana presidenta y de alguno de sus altos cargos, la tiene. Sería deseable que la representante de los ciudadanos de Madrid pusiera al menos tanto esmero en cuidar las formas como el que mostró en afinar cuando tuvo a bien cantar el público el cumpleaños feliz a una de sus consejeras. Si el resultado al final es igual de desastroso en urbanidad como lo fue en lo musical, mala suerte, pero al menos lo habría intentado. Sería deseable que nuestros gobernantes no concibieran su actividad política como un todo vale en el que ni qué se dice ni como se dice tienen mayor importancia, que nuestros políticos fuesen tan correctos en sede parlamentaria como se le puede exigir naturalmente a cualquier persona civilizada que lo sea en otro ámbito y, por decirlo claramente, que dejaran de avergonzarnos con actitudes que alejan a los ciudadanos de la política en la misma medida en que rebajan a ésta por debajo del nivel de dignidad de la sociedad a la que tan desafortunadamente representan.
Tampoco estaría de más que los miembros de nuestro Gobierno (el central, quiero decir) dejasen de jugar a poli bueno, poli malo con el objeto de focalizar la responsabilidad de la crisis en los bancos, que sí, que todos sabemos que no dan crédito y que no utilizan el dinero público con que se les inyectó liquidez para aquello para lo que se supone que lo debían utilizar, pero en primer lugar si no ha sido así es porque el Gobierno no introdujo en el plan las suficientes salvaguardas para obligar a que así fuera, y en segundo, lo que hagan los bancos no resta un ápice de responsabilidad al Gobierno no en el origen de la crisis, que eso es discutible, sino en su gestión, que deja mucho que desear.
Obama se dispone a aprobar por ley una limitación en los sueldos de los ejecutivos, es decir, acertadamente o no trata de poner en práctica medidas que no son sólo paliativas, como los paños calientes que aplica el Gobierno de Zapatero, sino que de alguna manera racionalicen el sistema para que cuando se salga de la crisis, que se saldrá, se haga habiendo sacado de ella cosas positivas que refuercen la estabilidad del sistema y hagan más difícil que algo así se repita. Las medidas paliativas son necesarias, qué duda cabe, pero si no se acompañan de tratamientos curativos, de reformas estructurales, no servirán absolutamente para nada más que para alargar la situación, y eso no es ni lo que necesitamos ni lo que merecemos.

jueves, 5 de febrero de 2009

El "camino" de Zapatero

Entiendo que recibir a cualquier alto representante de un estado extranjero con la debida cortesía es una obligación del Gobierno y más si se trata de un estado tan especial como el Vaticano que, queramos o no, goza de un cierto ascendiente sobre gran parte de la ciudadanía (bien que en su ámbito exclusivamente privado, o así debiera ser), comprometerse a no tocar los acuerdos del concordato con el vaticano, hurtándole una vez más ese debate al parlamento y por lo tanto a la sociedad, no. Las reivindicaciones laicistas de parte de la sociedad se pueden compartir o no, no creo que haya mayor problema en discrepar sobre este tema y no por defender yo mismo ese modelo de estado voy a creerme en posesión de la verdad absoluta, pero lo que es intolerable es utilizar las legítimas aspiraciones de un sector de la sociedad en época electoral y, una vez lograda la victoria aparcarlas en el más recóndito baul de los recuerdos. El gobierno del señor Rodríguez Zapatero haría muy bien en aclarar si comparte o no las aspiraciones laicistas de parte de la sociedad y obrar en consecuencia con toda la honestidad exigible a un gobernante democrático. No ser laicista no descalifica a este Gobierno, pero decir que sí lo es y hacer una política marcadamente antilaicista sí.