miércoles, 9 de abril de 2008

Zapatero, el Dios laico de la lluvia

Como trato de ser ecuánime, ayer tuve la sensación de que sí hubo un cierto esfuerzo por parte de Rajoy por mostrarse menos beligerante que en otras ocasiones y por tanto me extrañó y me resultó injusto que Zapatero de reprochara lo contrario al final de su última réplica. Sin embargo lo que realmente me llamó la atención del debate fueron otras dos cosas, por un lado y por encima de cualquier otra cosa el compromiso del candidato a crear una ponencia que estudie el cambio en la ley electoral. Probablemente quede en nada, puesto que también habló en terminos elogiosos de la actual ley que, según él, garantiza la gobernabilidad y la pluralidad (?) y porque es preciso un amplio consenso que no creo que acontezca, pero se agradece la iniciativa. El otro sorprendente compromiso fue el de solucionar el problema de la sequía en un plazo de entre dos y cuatro años, cuando después reconoció que están estudiando las soluciones a aplicar, que aun no están decididas. El señor candidato es evidente que está muy satisfecho consigo mismo, pero ese optimismo fisiológico (o patológico, no sabría decir) de que hace gala en ocasiones me pregunto si no está excesivamente cerca de convertirse en soberbia. A no ser que pretenda ser capaz de provocar la lluvia con su simple voluntad como si de un Dios laico de la lluvia se tratara, prometer que dentro de dos años no habrá en nuestro país problemas con el agua no puede ser sino un brindis al sol, dicho lo cual quisiera dejar claro mi profundo deseo de equivocarme, ojalá lo consiga.
Una cosa más, quisiera recomendar un libro recién aparecido que aún no he leído, pero como he disfrutado en numerosas ocasiones de las opiniones y las argumentaciones que su autor J.A. Cordero Fuentes, me atrevo a hacerlo sin duda. Se titula Socialdemocracia Republicana.

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