domingo, 2 de noviembre de 2008

G20

Al hilo de la presencia o ausencia de España en la cumbre del G20, creo que es una reflexión pertinente prescindir por una vez del resultado final de ese debate y fijarse en el argumentario. España pide acudir basándose en datos concretos, su PIB que le coloca como 8ª potencia mundial y por tanto su presencia está más justificada que la de otros peor clasificados. Otros sin embargo aducen otro tipo de criterios para justificar su presencia con mayor o menor acierto, pero parece que nadie se ha parado a mirarlo desde otro punto de vista, a saber, si es algo que al fin y al cabo va a afectar a todos los países, ¿que derecho tienen ocho, quince, veinte o cincuenta de ellos a decidir por la totalidad?, ¿no podría utilizarse la ONU para organizar un proceso realmente representativo?, ¿tendremos algo que decir los ciudadanos sobre lo que decidan, se nos preguntará qué nos parece?
Imagino que cuando mostramos nuestro empeño en asistir a la cumbre será porque tenemos una cantidad ingente de propuestas con la que asombraremos al mundo, porque si se trata de ir sólo como reconocimiento internacional a nuestro estatus como potencia económica, me atrevería a decir que no es tiempo de gestos, sino de ponerse a trabajar y si no vamos dispuestos a hacerlo duramente mejor dejamos el puesto a quienes sí lo estén. Porque, ¿no debería el Gobierno haber comenzado ya a reunirse con todos los grupos políticos y agentes sociales para consensuar las medidas que nuestro país, no el ciudadano José Luis Rodríguez Zapatero, va a defender en esa cumbre si finalmente va? Francamente, a mi ir o no ir no me parece tan importante como conseguir que allí se oigan las cosas que tengamos que decir, si es que realmente las tenemos, porque lo importante de las reuniones de trabajo no es la asistencia, sino el resultado.
Espero sinceramente no tener que terminar por darle la razón a Pablo Castellano cuando dijo que al presidente no le interesa ir a la cumbre, sino a la foto.

No hay comentarios: