jueves, 25 de septiembre de 2008

Bush, Clint Eastwood y la imagen

Ayer Bush quiso emular a Clint Eastwood en esa escena memorable de "Sin perdón" en la que éste le dice a los habitantes del pueblo que no sólo les matará, sino que matará también a sus mujeres y a sus hijos, que violará a sus hijas y quemará sus casas y, además, matará a sus perros. Por si no quedaba claro. El inefable presidente estadounidense dijo ayer que había que apoyar las medidas contra la crisis porque de lo contrario no sólo se hundirá la bolsa, sino que los ciudadanos de a pié perderán sus acciones, sus trabajos, sus casas, probablemente a sus familias, y poco menos que el país se convertirá en una legión de indigentes. El fin del american way of life, esto es, el armageddon. Y, por cierto, la culpa de todo es de Wall Street, él no tiene el menor asomo de responsabilidad. Tal vez si destinara sus esfuerzos a ayudar a esos mismos ciudadanos que pretende atemorizar en lugar de a aquellos que les han llevado a esta preocupante situación, podría permitirse un discurso menos catastrofista, algo así como "va a ser duro, pero vuestro gobierno trabajará para ayudaros en todo lo posible a superarlo". Pero eso es inconcebible, pase por intervenir los mercados, pero destinar dinero a políticas sociales ya no es que sea impensable, sino que es un anatema.
¿Porqué un gobernante decide renunciar a su responsabilidad de transmitir confianza, tranquilidad?, ¿porqué prefiere el tono apocalíptico?, ¿acaso porque sabe que su cacareado plan de ayuda sólo sirve para ayudar a diferir el problema en el tiempo, a que lo tenga que solucionar otro? No, este cambio de estrategia se debe a que el pueblo estadounidense ha reaccionado y ha comenzado a manifestar su lógica indignación por verse obligados a pagar de su bolsillo los números rojos de quienes les han estafado, a que se niegan a que la respuesta de sus dirigentes sea simplemente esa, permitir la impunidad del ladrón, que para apretarse el cinturón ya tenemos a unos pocos de millones de ciudadanos. Y eso no lo puede tolerar George W., generar una crisis que afecta a la población mundial, sí, permitir y fomentar una economía especulativa que se ha demostrado que sirve sólo para enriquecer a unos pocos a costa de las precarias economías de los demás, también, que su gestión, su labor de control y supervisión de la economía más que deficiente haya sido inexistente, por supuesto, pero protestas en las calles, mala imagen, ¡eso jamás! ¡Hasta ahí podíamos llegar! Porque el papel de la población no sólo es pagar el pato, sino pagarlo en silencio, cómo mandan los cánones, que protestar en las calles no deja de ser cosa de comunistas y demás aviesos agitadores y la salvaguarda de la buena imagen del presidente está por encima de todas estas nimiedades.

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