jueves, 26 de marzo de 2009

La bicicleta de Zapatero

En cierta manera se podrían aplicar a los paises y su situación económica las palabras que Tolstoi dedicó a las familias y su felicidad para dar comienzo a "Ana Karenina": todas las familias felices se parecen, pero cada familia infeliz es desgraciada a su manera. Porque en las recientes épocas de bonanza nos vendían las bondades de un pensamiento único, del fin de la historia y de la economía globalizada neoliberal que de ser aplicada por todos con igual entusiasmo nos garantizaría un futuro de paz y prosperidad sin límites, pero ahora que la crisis económica ha tornado en desgraciados todos los felices augurios de los adalides del capitalismo salvaje y quien más quien menos se ve abocado a un futuro cercano marcado por una crisis cuanto menos grave, cada país la afronta a su manera. Hay quien nacionaliza bancos, hay quien les presta dinero, hay quien se lo da a la industria automovilística, hay quien invierte en obra pública, hay quien compra armas y hay quien no hace nada. Hay a quien se le colapsa el sistema bancario, a otros son las cajas, otros sufren subidas intolerables de precios, a otros nos aumenta alarmantemente el paro, etc. A este respecto destacaría dos ejemplos de actitudes probablemente equivocadas, la de Obama, que una vez descubierto que el sistema se sostenía sobre una burbuja que ha pinchado decide crear otra burbuja nueva para que lo sostenga aunque esta vez con fondos públicos, ¡para qué andarse con tonterías si al final pase lo que pase son los ciudadanos quienes van a terminar pagando!, y por otro lado el presidente Zapatero, quien ante el pinchazo recuerda la imagen desolada de un crío al que se la he pinchado la bicicleta y descubre que tiene muchos más pinchazos que parches e insufla aire en la válvula desconsoladamente viendo como éste se escapa mientras se pregunta cómo le ha podido pasar esto a él, el más virtuoso ciclista de la pandilla. La forma de equivocarse de Obama, tal vez por una cuestión de idiosincrasia nacional, es mucho más vistosa, más a lo grande, y por ello puede convencer a mucha gente, pero eso no significa que su error sea menor que el de nuestro presidente, aunque al menos hay que reconocerle a ambos que lo intentan. Peor parecen, en nuestro caso, las recetas del principal partido de la oposición para el cual el pinchazo en realidad se debe únicamente a la falta de pericia del niño que llevaba la bicicleta y todo se solucionará cuando sean ellos quienes la monten, cosa que harán con mucho cuidado, aunque sea sobre las llantas, y el cinturón apretado hasta que el viento cambie y puedan comprar una nueva. A crédito, eso sí, para que el sistema financiero no se resienta. Pero lo que es la bicicleta actual, tampoco parecen saber como arreglarla.
Lo curioso de esta situación es que todo el mundo parece tener claro que el origen está en que tanto las sociedades como sus instituciones y ciudadanos (quienes han podido, claro) hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades, y en lugar de tomar el camino lógico, que sería adaptarnos a vivir conforme a nuestras capacidades reales en economías sostenibles, nuestro dirigentes buscan afanosamente el modo se crear las condiciones que nos permitan volver a vivir artificialmente por encima de nuestras posibilidades, y para ello, pese a las divergencias, existe una coincidencia bastante generalizada en que no queda otra que la contención transitoria, cuando en realidad no se trata de apretarse el cinturón, sino de comprarnos ropa de nuestra talla.

1 comentario:

alfredo dijo...

Estoy muy de acuerdo contigo. Pero por desgracia nadie ve los males de base, que son un sistema económico basado en el progreso hasta el infinito, en tener más y más, y en artificiosidades tales como centrar una economía en el tema del ladrillo y el enriquecimiento fácil.Mucho me temo que no aprenderemos del error y continuaremos en la misma senda.
Por cierto, recomiendo un artículo de El País de hace unos días, Por una vida más frugal, basado en la filosofía del menos es más, del "decrecimiento", es decir en tener menos para vivir más humanamente y trabajar menos.
Saludos