martes, 13 de mayo de 2008

La incontinencia verbal como síntoma

Este fin de semana cayó uno de los argumentos (en este caso sinónimo de mitos) que tradicionalmente esgrimían los monárquicos en su contumaz defensa de tan anacrónica institución frente a quienes defendemos la república. Éste decía que, a diferencia de un Jefe de Estado elegido democráticamente, el rey puede ejercer su función de alta representación de los españoles con total objetividad ya que no sólo es independiente de cualquier partido, sino que no está aquejado de ese virus que afecta al resto de la población que es el gusto por opinar. Él sólo dice lo que le escriben y es escrupulosamente respetuoso con la independencia exigible a su cargo, decían. En realidad no era un argumento muy válido incluso cuando se guardaban las apariencias y nuestro Jefe de Estado aparecía en los medios (o ante nosotros gracias a los medios) como un prodigio de ecuanimidad, porque la máxima representación de los ciudadanos en un estado democrático debe ser un ejemplo de los valores que tenemos como sociedad, no alguien por encima de ellos, del bien y del mal, pero ahora que a consecuencia de la edad el monarca parece padecer de una cierta incontinencia, aunque verbal, eso sí, que para eso es rey y cualquier otra sería muy ordinaria por muy campechano que pretenda ser, queda claro algo tan evidente como que no pasa nada. Si el rey habla bien de Zapatero, más allá del enfado de algún creador de opinión cuyo enojo, por lo demás, es permanente, no pasa absolutamente nada porque con nuestros defectos somos una sociedad madura y capaz de asumir con la más completa naturalidad algo tan básico como que todos los ciudadanos tengan una opinión. Y muy especialmente lo debemos entender y defender los republicanos, porque la república es por encima de cualquier otra consideración una reivindicación de igualdad para todos los ciudadanos, Jefe del Estado incluído.
Por cierto, hablando de igualdad, el cardenal García Gasco dice que lo único que quiere es que nadie sea discriminado en función de la religión que profese, así que es un placer darle la bienvenida al carro del laicismo, porque eso es precísamente lo que pedímos nosotros y quitar el enlace directo a la conferencia episcopal desde la página de hacienda, como solicitó ayer IU, sería un buen comienzo.

No hay comentarios: