jueves, 8 de mayo de 2008

El PP y el pasillo al campeón

Mientras el gobierno comienza a hacer política, o para ser más exacto a hacer promesas, el PP sigue enredado en una situación de la que cabe suponer que saldrá, lo que no es fácil prever es cuando ni cómo, porque parece que su lider, en lugar de tirar del carro, está decidido a abundar en la ceremonia de confusión y la antología del disparate en que se ha convertido su partido cuanto sea necesario, y parece creerlo conveniente al menos hasta el próximo congreso. Ayer la vicepresidenta primera habló de temas importantes, ilusionantes algunos para el ciudadano progresista como las reformas de la ley electoral, del aborto y de la ley de libertad religiosa, y en respuesta a esas iniciativas Rajoy declaró que ya sabe quien va a ser el sustituto de Acebes pero que no lo piensa decir de momento. Ejemplo de alta política esta respuesta que sin duda haría demudarse de envidia a los más grandes parlamentarios de todos los tiempos. Le faltó añadir una irónica coletilla del tipo "lo sabe el cuaderno azul", pero no está el horno para bollos. De lo que Rajoy parece incapaz de darse cuenta es de que aquello que en Aznar aplaudían los suyos como una muestra de autoridad, en él hoy por hoy es percibido por sus militantes como una tremenda falta de respeto y la diferencia estriba ni más ni menos en que a su antecesor se le reían todas las gracias por la sencilla razón de que ganaba elecciones y gobernaba, lo cual dista mucho de ser su caso. Así que haría bien don Mariano en dejarse de estos juegos infantiles y o bien hablar, o bien callarse, es decir, o revelar el nombre o negar que la decisión ya esté tomada.
No es que tenga yo mayor interés en que el PP se reponga que el del convencimiento democrático de la necesidad de una oposición activa en un régimen parlamentario, aunque sea una tan montaraz como acostumbraba a ser esta, pero visto con espíritu deportivo y tras el partido de fútbol de ayer, hay que convenir en que salvo los forofos, el resto de los aficionados disfrutamos más del espectáculo cuando es disputado y emocionante, y esa obsesión del PP por convertir la legislatura en un paseo militar al estilo de lo que ha ocurrido en la liga de futbol, representando, eso sí, el PSOE el papel del Real Madrid, resulta francamente incomprensible y de seguir así, para ser coherentes, la próxima sesión parlamentaria deberá iniciarse con los diputados del PP haciéndoles el pasillo a los del PSOE, algo francamente fuera del protocolo.

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