viernes, 9 de mayo de 2008

Asunción de responsabilidades, el concepto dormido

Cuando hace unos meses saltó a la luz pública la noticia de la red de corrupción en la tramitación de licencias del Ayuntamiento de Madrid, muchos nos sorprendimos ante la laxitud con que los responsables políticos de dicha institución interpretaban el concepto de asunción de responsabilidades. En aquel caso, hasta donde se sabe, el Ayuntamiento colaboró en la investigación con la diligencia que no había mostrado previamente en su papel de garante de la honradez y la transparencia en la gestión pública, y aun así muchos consideramos inadmisible que ningún cargo político asumiera su parte alícuota de responsabilidad por la existencia sostenida en el tiempo de una trama de corrupción en servicios bajo su mando. Yo por mi parte sigo considerándolo así.
Ayer se conoció la existencia de una nueva trama de corrupción, esta vez en el municipio de Coslada, cuyos gestores municipales (de signo contrario, por cierto) han dado una nueva vuelta de tuerca a ese aparentemente etéreo concepto de la asunción de responsabilidades, ya que han permanecido ajenos a la investigación aun cuando reconocen sin sonrojo que conocían el asunto por las quejas de numerosos vecinos (“rumores” dicen, faltando el respeto al diccionario como hacen con sus administrados ya que lo que se conoce por parte de ciudadanos con nombres y apellidos, sea verídico o no, sea queja o denuncia formal, esté demostrado o no, sea plausible o no, no puede ser nunca un rumor), y aun así no se consideran en absoluto señalados por el estigma de la responsabilidad escudándose en que no lo investigaron por no mediar denuncias formales en el caso. Afortunadamente la policía nacional ha sido más rigurosa en su interpretación de sus obligaciones y, pese a la ausencia de denuncia, ha investigado el asunto y descubierto una trama de naturaleza mafiosa que debería incapacitar a los responsables del gobierno municipal para continuar desempeñando sus cargos no sólo por honradez política, sino por vergüenza personal.

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