miércoles, 29 de abril de 2009

Sarkozy en catetolandia

Desconozco si el señor Sarkozy comparte el furibundo antiespañolismo de su antecesor en el cargo, sin embargo debemos reconocer que si así fuera hoy estará francamente contento porque con su visita ha logrado poner de manifiesto hasta qué punto somos (todavía) un país de catetos, pero no de unos catetos cualquiera, sino catetos "a babor", de los de la peor tradición del ozorismo que con la tan ridícula como desmesurada atención a la presencia de Carla Bruni se ha puesto de manifiesto. Aunque no sabría decir si los catetos han sido tanto los ciudadanos (los que lo han sido, que tampoco fueron multitudes) como los medios de comunicación, a quienes cabe preguntarles en qué criterios se basan para establecer sus prioridades informativas, porque en teoría el papel de la prensa debiera ser dispersar el humo de las cortinas con las que pretenden distraernos de los asuntos importantes, no fomentarlas o incluso crearlas, como ha sido el caso. Esperemos que los tintes amarillo y rosa que tan generosamente han aplicado estos días a sus páginas los medios reconocidos como "serios" no haya manchado las rotativas y sus páginas recuperen pronto si no el color deseable, si al menos el habitual.

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