jueves, 23 de abril de 2009

La sombra asfixiante del árbol caído

Hay muchas formas de estar solo y desde luego la que escenificó ayer el Gobierno en el Congreso de los Diputados no debe ser la menos dolorosa de ellas. Porque no se trata sólo de que nadie apoyase la intervención del Presidente Zapatero, es que la soledad que se pudo contemplar fue la del condenado frente al pelotón de fusilamiento. Todos los grupos mostraron una oposición considerablemente beligerante y no se limitaron a mostrar su discrepancia sino que quisieron dejar bien claro que se trataba de un rapapolvo en toda regla. ¿Merecido? Probablemente, es decir, a nadie se le ocurre presentarse en sede parlamentaria a decir algo tan abstruso como que una remodelación ministerial es consecuencia de la reunión del G20, y eso por si sólo justificaría la actitud de los grupos. A nadie le gusta que le tomen por tonto. Pero no creo que sea el caso, la oposición es más estratégica que ideológica, es evidente que si el PSOE hubiese apoyado al PNV en el País Vasco y/o a CiU en Cataluña, gozaría de la más placida y serena estabilidad parlamentaria que pudiera disfrutar un gobierno en minoría, lo cual es triste porque motivos hay, y sobrados, para justificar su aislamiento parlamentario, pero se traslucen en la actitud de los grupos señales muy preocupantes para el ejecutivo, no se trata sólo de mostrar la lógica discrepancia con su labor sino que comienza a verse la voluntad de hacer leña del árbol caído. Muchos grupos parecen querer escenificar claramente su alejamiento del gobierno porque su posible continuidad en una próxima legislatura (no creo que lo de la moción de censura sea más que un farol) no se presenta como una hipótesis razonable y no parece que la sombra de Zapatero, como la de todo árbol caído o tambaleante, sea el mejor lugar donde refugiarse con la que está cayendo. Si caído porque la sombra es escasa y si tambaleante por no verse atrapado en su caída.
La política es un mundo cambiante por naturaleza, nadie sabe qué va a pasar de aquí a unos meses, pero de lo que no me cabe duda es de que ayer el presidente Rodríguez Zapatero se acostó considerablemente preocupado.

No hay comentarios: