miércoles, 5 de marzo de 2008

No es objección, es insumisión

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha emitido una sentencia favorable a la objección de conciencia a Educación para la Ciudadanía, no pasa nada, hay que ser deportivos, los de Asturias y Cataluña la emitieron en contra y tampoco es necesario ganar por goleada, aunque el caso dice mucho de la coherencia de los tribunales. La sentencia de Asturias dice que no existe un derecho constitucionalmente protegido a la objección de conciencia superior a un deber impuesto normativamente, y debe ser cierto proque en el caso que más objección de conciencia suscitó, el servicio militar obligatorio, ésta era una alternativa regulada a la que se podían acoger quienes lo desearan, mientras que aquellos que simplemente decidían no acatar las obligaciones que les imponía la legalidad vigente eran declarados insumisos e iban a la cárcel. No digo yo que estuviese bien que les encarcelara, digo que la supuesta objección de conciencia a Educación para la Ciudadanía no es tal, sino insumisión. Además, es una cuestión de sentido común que no se permita abstenerse a nadie de estudiar asignaturas curriculares por motivos de conciencia porque en ese caso habría que permitir, por ejemplo, a los ultracatólicos creacionistas (que están desembarcando en Europa últimamente) que no estudiasen biología porque se opone a sus más íntimas convicciones religiosas, de la misma manera que hay sectas o religiones que no aceptan determinadas leyes físicas ya que no es por ellas sino por la voluntad de dios como explican los fenómenos naturales.
El fallo de Asturias es tan claro como que dice "no se puede suscitar duda alguna sobre su constitucionalidad", y yo me pregunto, ¿como es posible que tribunales equivalentes de comunidades diferentes a los que se supone una preparación igual y que juzgan en base a las mismas leyes emitan fallos no matizadamente discrepantes, sino completamente opuestos? Francamente, no lo sé. No parece ni comprensible ni admisible.
En otro orden de cosas las autoridades madrileñas, hoy ya la mismísima Esperanza Aguirre, continúan faltando al respeto a los trabajadores en huelga en su comunidad esgrimiendo el tendencioso argumento de que no la hacen para conseguir justas reivindicaciones ni porque sea su derecho fundamental, sino con el único fin de facilitar una victoria del PSOE en las urnas, porque claro, como todo el mundo sabe todos los empleados de la limpieza, la EMT e incluso los del Wok son aviesos izquierdistas y votantes de Zapatero (es curioso que hasta para esto se ningunee a IU y sindicatos), que es el inspirador intelectual de su huelga. No termino de comprender porqué el hecho de que las calles estén llenas de basura favorece el voto al PSOE, sin duda hay alguna extraña asociación en la mente de quienes esgrimen ese argumento que escapa a mi comprensión, pero lo que desde luego no puedo aceptar es que se considere política una huelga de trabajadores que han tenido que buscar para convocarla argumentos tan disparatados como que su sueldo llegue a 1000€ mensuales. Quien está utilizando electoralmente esta huelga es la Comunidad de Madrid, que desde el primer momento ha tratado de ganar votos con ella, eso sí, mediante la demagogia y la confrontación, no solucionando un problema real que debería ser atendido independientemente del momento político en que se esté, pero claro, es entendible que con tanta inauguración, autobombo y presencia en los medios, no quede tiempo para cumplir con aquellas obligaciones para las cuales les pagamos, que no son otras que gobernar, y hacerlo para todos.
P.S: Añado una perla de la Presidenta de la Comunidad de Madrid en un encuentro digital del diario El Mundo que es francamente descriptiva:
32. Cual es el argumento por el cual se ha procedido a privatizar los nuevos hospitales de la Comunidad de Madrid. ¿Más eficiencia? ¿mejor gestión?
Los servicios públicos son de titularidad pública y gratuitos para los ciudadanos, pero la obligación que tenemos los gestores de estos servicios es ofrecer la máxima calidad al menor coste para los contribuyentes. Y eso nadie discute que lo ofrece la empresa privada, puede que lo discuta Fidel Castro, incluso Raúl, o Llamazares, pero los demás no.

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