lunes, 10 de marzo de 2008

El PSOE gana, la izquierda pierde

Curiosamente, habiendo ganado las elecciones la fuerza política más a la izquierda de las dos que tenían posibilidades, no puedo decir que el resultado de estas elecciones sea, desde un punto de vista de la izquierda, bueno. La debacle de IU es objetivamente mala para el país, la no entrada de C´s en el congreso es decepcionante (aunque es una apuesta de futuro que por sus propias caraterísticas de avanzar, lo hará lentamente, confío en que no tiren la toalla), la entrada de UPyD debería ser buena porque es, en principio, una voz nueva, pero yo ya he expresado mi convencimiento de que este partido no hará una política de izquierdas, y la configuración final de la cámara, con una posición de partida inmejorable para CiU, no hace pensar que se vaya a afrontar la legislatura con visión progresista ni que se vaya a reformar la ley electoral. Poco queda que decir sobre las elecciones hasta que no se vea por donde van a ir los tiros, pero salvo por la esperanza (más que espectativa) de que sea una legislatura más tranquila, no veo los cuatro próximos años con gran optimismo.
Queda la ingente tarea de lograr presentar una alternativa de izquierdas a las próximas elecciones, cuatro años para prepararla desde una verdadera refundación, no sólo un cambio de personas, desde la vuelta a IU de partidos que la abandonaron y la incorporación de otros nuevos, desde la creación de una alternativa fuerte que movilice e ilusione al electorado, pero que lo haga por sí misma no en función de lo que deje de hacer el PSOE, a quien en modo alguno hay que apoyar acríticamente como en ocasiones ha parecido que se ha hecho, porque mucha gente piensa que si su voto de todas formas va a ser para apoyar a Zapatero haga lo que haga, no tiene sentido que lo haga a través de un intermediario y le vota directamente.
La refundación o como se quiera llamar será una tarea difícil y larga que se debe hacer con sosiego y cabeza, pero la recuperación de la voz propia de IU en el congreso, por escasa que sea su fuerza, por difícil que sea que se oiga desde el grupo mixto, es irrenunciable y debe ser inmediata. No se le debe pedir otra cosa que haga durante la legislatura lo que ha hecho durante la campaña: hablar por sí misma, criticar lo criticable y apoyar lo justo, obtener réditos de sus aciertos y ser castigada por sus errores, pero no por los de otros, en fin, ser un partido político independiente, una alternativa.
Por último, sería deseable que este difícil proceso se encarara con la mirada puesta en el futuro y no como una oportunidad de saldar viejas cuentas, que se aumentaran la participación de la militancia y la democracia interna y no que se enrocase cada uno en su parcela de poder confiando en que ésta sea mayor que la del otro. Para que algo funcione se debe planificar bien desde el principio, porque los errores de base son los más difíciles de superar.

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