miércoles, 12 de marzo de 2008

El hijo sordo de Rajoy

Ayer, haciendo gala de un fino olfato y una aguda capacidad de análisis e interpretación de la actualidad, di por supuesto que en el PP habría una renovación de personas, aunque no de políticas, y el propio Mariano Rajoy se ocupó ayer de anunciar que ni lo uno, ni lo otro. Visto el éxito debería abstenerme de analizar esta nueva situación, pero ¡que puedo decir!, como buen ser humano tropiezo las veces que haga falta en la misma o en diferentes piedras o incluso soy capaz de dar el traspiés sin que medie piedra alguna. Tengo la impresión de que los estrategas del PP se plantean un escenario en el cual el partido en el Gobierno sufrirá un gran desgaste por la crisis económica que parece ser se avecina y que será de cierta intensidad en la que además, dada la actual configuración del parlamento, difícilmente se podrán aplicar medidas de protección social puesto que es difícil reunir una mayoría de izquierdas para apoyarlas. Eso, unido a la más que probable revitalización de IU puede hacer que los votos que ésta perdió en favor del PSOE vuelvan a casa, además de las pérdidas de votos por los descontentos por el propio desgaste natural del ejercicio del poder y el probable cambio de candidato gubernamental tras dos legislaturas, hace que el escenario de 2012 pueda ser visto de modo esperanzador por Rajoy y quiera estar ahí para aprovechar una oportunidad de lograr lo que cree merecer.
Esto no son más que elucubraciones, por supuesto, es muy posible que todo sea más sencillo, apego al poder o bien un cierto sentimentalismo que premia más a la persona que al partido y por extensión los votantes, pero lo cierto es que yo creo que si alguien tiene el convencimiento de que lo ha hecho todo bien (mientras que el adversarío, según él, todo mal), si está satisfecho e incluso orgulloso de su trabajo pero aún así no es suficiente para lograr el resultado deseado, es evidente que no es la persona adecuada para lograrlo: si no sabes en qué fallas, difícilmente puedes solucionarlo. Tengo la sensación de que Rajoy se comporta con el PP como esa pareja de sordos británicos (Rajoy oye, aunque no parece que escuche) pretende hacer con su hijo, seleccionarlo genéticamente para que nazca sordo: una mezcla de sentimentalismo y egoísmo de cuyas buenas intenciones no dudo pero de la que a la postre el hijo resulta perjudicado.
Ahora bien, visto desde el punto de vista de la izquierda no es malo que Rajoy siga, primero porque dentro del PP hay opciones peores, segundo porque ese anuncio de presentarse "con su propio equipo" suena a cambio y tal vez, sólo tal vez, sea hacia la moderación, y tercero porque parece que no es un candidato con grandes probabilidades de ganar unas elecciones (aunque si el escenario planteado al inicio de este post fuera cierto tal vez con los votos de éstas le resultase suficiente).
En fin, el congreso del PP será divertido de ver, desde una prudente distancia, eso sí. Algo menos divertido será lo que pase en ERC, que tiene toda la pinta de guerra fraticida descarnada, y espero que más edificante lo de IU, ya que las primeras trompetas se han visto acalladas gracias a la prudente decisión de aceptar que el congreso lo organice una comisión mixta y plural (algo que siempre debería poder decirse de los órganos de dirección de un partido, por otro lado).

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