lunes, 23 de noviembre de 2009

A ritmo de Jazz

Además de una cierta perplejidad, las imágenes, vídeos y audios del talk-show organizado este fin de semana por el PSOE con tres presentadores de la escuela de José Luis Moreno y unos criterios estéticos y organizativos en los que si algo ha primado no ha sido desde luego la sobriedad, además de las consideraciones que cada uno pueda hacer sobre el buen gusto de la "gala", causan, porqué no decirlo, no poco sonrojo. ¿Es esta la imagen que desea transmitirle el PSOE a la sociedad en este momento? Los partidos políticos no tienen, por ser época de crisis, una responsabilidad menor en hacer llegar a la ciudadanía sus mensajes, pero eso se puede hacer desde la austeridad, centrándose en los mensajes y los argumentos y no en los escenarios y la parafernalia. En la actual coyuntura económica, hacer exhibiciones de despilfarro como éstas roza lo pornográfico.
¿Acaso lo que tenía que anunciar el presidente habría sido menos transcendente (si es que lo ha sido en absoluto) sin el concurso de tres showmans, sin una big band que lo amenizara a ritmo de Jazz, sin alfombra roja por la que desfilasen los líderes mientras eran jaleados por los presentadores? Sospecho que no. Si la fanfarria tenía como objeto glosar el advenimiento de la Ley de Economía Sostenible, flaco favor se le ha hecho puesto que, por lo oneroso, no parece que la puesta en escena induzca precisamente a la sostenibilidad de la economía, aunque pedir coherencia sea tal vez pedir demasiado. Si, por el contrario, fue un acto meramente propagandístico, un bálsamo destinado a mejorar la valoración del líder y muy especialmente a incrementar su parece que maltrecha autoestima, sale más barato un psicoanalista. El PSOE con su dinero puede hacer lo que guste, que no se me entienda mal, esto no es dinero público, pero no por legal es ética y estéticamente menos cuestionable.
Y me centro en esta performance tan innovadora porque ha sido realmente llamativa, pero se puede decir lo mismo con las soirées que semanalmente monta el principal partido de la oposición. Que tanto unas como otras no las haya organizado el bigotes o alguien de su calaña, sin duda las hace más legales, pero no necesariamente más elegantes.
Los agricultores, mientras tanto, no pudieron montar grandes escenarios, no contrataron orquestas ni presentadores ni pretendieron innovar en su puesta en escena, ni falta que les hacía porque tenían algo necesario, urgente y contundente que pedir, justicia, y cuando alguien tiene un mensaje sincero y convincente sólo necesita una cosa, decirlo alto y claro.

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