jueves, 12 de noviembre de 2009

El día que Camps avergonzó a los demócratas

Quedaban pocas líneas rojas que traspasar en nuestros parlamentos y tras las palabras de hoy del señor Camps al líder de la oposición de la Comunidad Valenciana, "le encantaría coger una furgoneta, venirse de madrugada a mi casa y por la mañana aparecer yo boca abajo en una cuneta", queda una menos, y no una cualquiera, sino una que ninguna persona de bien se puede alegrar de que haya sido traspasada. Las palabras de Camps son intolerables, más cuando se hacen parapetado tras la inmunidad de lo dicho en sede parlamentaria, y más allá de su honorabilidad o su capacidad, puestas ya en entredicho, ha quedado hoy fuera de toda duda que no tiene la altura moral suficiente para ejercer con dignidad el mandato representativo que los valencianos le han otorgado.

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