jueves, 12 de noviembre de 2009

Esperanzix y Gonzálix, los irreductibles

La brillante gestión económica de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid es ya tan legendaria que hasta cuando el FMI va a recomendar, según Rodrígo Rato (quien por cierto le dio un buen repaso a su amiga presidenta ayer cuando dijo que todos somos muy liberales pero sólo para exigírselo a los demás o que la intervención estatal había sido aplaudida mundialmente porque se había demostrado que el mercado no había sido capaz de regularse por sí mismo), una subida de impuestos de hasta el 3%, se puede permitir el lujo de bajarlos nuevamente deslumbrando con ello al universo conocido y convirtiendo a Madrid en referente a nivel mundial del neoliberalismo más atroz. Visto que somos la última aldea que resiste y persiste en presumir de neoliberalismo salvaje (porque aplicarlo lo aplican todos, para qué llamarnos a engaño), en las próximas elecciones probablemente hagan carteles inspirados en los comics de Uderzo y Goscini con la Presidenta y el Vicepresidente caracterizados como los irreductibles Esperanzix y Gonzálix. Cabe preguntarse, si su política funciona tan bien, porqué entonces ni ha tenido dinero en el presente ejercicio para atender a las obligaciones que ella misma se impuso a través de los presupuestos, lo que ha quedado patente en el impago de las cantidades comprometidas a las Universidades, por poner un ejemplo, ni en los presupuestos del próximo puede permitirse mantener el gasto en educación pública. Claro, la educación pública no es una prioridad de la señora Aguirre, eso está claro, pero un mínimo exigible de elegancia exige que si no se tiene dinero para mantener el gasto en educación pública, no se renuncie graciosamente a ingresarlo. Pero en la educación no llueve igual para todos, debe ser un objetivo docente: preparar a los alumnos para que vayan sabiendo que no todos somos iguales, porque a la educación concertada se le aumenta la dotación en unos 34 millones de euros, mientras que a la pública se le minora en unos 13, según informa Público. La austeridad es lo que tiene, hay que reducir gastos en lo superfluo para poder mantener el nivel de lo fundamental, es una lástima que lo fundamental no seamos los ciudadanos.

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