jueves, 8 de enero de 2009

La insoportable arrogancia del ex-presidente

Vivimos una época de confusión en la que, por ejemplo, la mayor indemnización de la historia de Europa por acoso escolar se deberá pagar por no haber impedido que un niño recibiera "doce bofetones" cuando ha habido casos en los que al acosado la inacción de su colegio le ha costado su propia vida, se ve que no son los hechos en sí mismos sino la influencia de los padres o los acusados el factor verdaderamente determinante a la hora de emitir sentencias en este país. La justicia es ciega, sí, pero selectivamente, elige muy bien lo que quiere ver y lo que no.
Afortunadamente, en épocas de penumbra siempre hay mentes preclaras que despejan dudas y muestran el camino recto, como el ex-presidente Aznar, quien ha tenido a bien explicarnos (a nosotros y a todos los ciudadanos estadounidenses) que el presidente electo en EE.UU. en el proceso con mayor participación ciudadana es un "exotismo histórico" y un "previsible desastre económico", mientras que Bush, responsable de varios de los mayores escándalos de la historia moderna, sea desde el punto de vista moral (aprobación explícita de la tortura o guerra preventiva basada en mentiras) o económico (crisis subprime, recesión, paro) es por el contrario un gran estadista que sufre, injustamente, la hora de la ingratitud por parte de sus ciudadanos. Ya sabíamos que para este librepensador la voluntad popular de los ciudadanos españoles no es merecedora de ningún respeto, lo que no sabíamos es que la de los de Estados Unidos, país al que tanto admira, tampoco. Sin embargo son muy útiles estas declaraciones de nuestro ex-presidente, no porque aporten nada al debate de los temas que trata, sino porque arrojan una luz verdaderamente impagable sobre la naturaleza de quien las perpetra, a fin de cuentas, él mejor que nadie tiene razones para creer que la soberanía popular expresada a través de las urnas no es infalible, él mismo es la prueba viviente de ello.

1 comentario:

PARA LA LIBERTAD dijo...

Al ínclito Aznar, a lo que se ve, se le quedaba chica la piel de Toro y por eso busca nuevos horizontes amen de ese espiritu universal que le caracteriza y lo que con toda su buena fe ha querido es compartir sus tonterias con el resto del mundo.

Un saludo