lunes, 19 de enero de 2009

El embalse y Cajamadrid

Vasili Grossman señalaba en "Todo fluye", en referencia a su país, la "atroz sencillez" con que éste "devora a sus hijos". España en esto no le va a la zaga a su patria rusa, tenemos una cierta facilidad para pasar a nuestros personajes públicos directamente de los altares al desván sin más desvío ni parada que la vituperación y el insulto. Tenía previsto dedicar unas palabras a defender la libertad de Soraya Saenz de Santamaría a posar como le viniera en gana, pero visto el cariz tabernario de algunas de las críticas que la portavoz ha recibido por parte de los guardianes del tarro de las esencias ultramontanas (a destacar a los inefables Pío Moa y César Vidal), que han situado este debate que nunca debería haber existido muy por debajo de la dignidad de cualquier persona bien nacida, creo que es mucho mejor dedicar mis esfuerzos a algún otro tema.
Se me ocurre que ese otro tema, para que la entrada goce de una cierta continuidad, bien podría ser el anuncio de Tomás Gómez de abrir expediente a los consejeros de Cajamadrid que fueron nombrados a propuesta de su partido y no han respetado una disciplina de voto que a todas luces no estaban obligados a respetar, algo que se reconoció desde el propio PSM al decir que se hacía saber a los consejeros la opinión del partido, pero en modo alguno se les ordenaba nada en relación al sentido de su voto. ¿Y porqué dos temas tan diferentes están relacionados? Pues porque en ambos hablamos de las mismas dos cosas: hipocresía y falta de libertad, entendida en el segundo caso como ausencia de democracia interna, el principal mal que aqueja a la práctica totalidad de los partidos políticos. Por continuar citando a Grossman, éste decía que "hay una fuerza satánica en prohibir, en reprimir. Apresada por el dique el agua de los ríos y de los torrentes, manifiesta una fuerza misteriosa, oscura. Esta fuerza oscura escondida en el chapoteo amable, en los reflejos de los rayos de sol, en la oscilación de los nenúfares, de repente descubre la maldad implacable del agua, que destruye las piedras e imulsa las aspas de la turbina a una velocidad de locura". Esa es la impresión que uno tiene cuando observa a los grandes partidos, cuando no pasa nada se ve en ellos la calma inquietante de los embalses, como mirar un cuadro de Hopper en el que todo parece apacible pero sin saber porqué se tiene la seguridad de que algo turbio hay detrás, y cuando esa calma se rompe por cualquier motivo, el agua desata su poder destructor arrasando con cuanto encuentra a su paso. El interés público en primer lugar. La ausencia de democracia interna es el dique que los partidos poner a la libertad individual de sus militantes, los dirigentes no quieren personas brillantes que piensen por sí mismas, sino peones que disciplinadamente aprieten el botón que se les diga en cada caso y sin más capacidad intelectual que la de ser capaces de interpretar la señal que en todo momento se les haga para saber si decir sí o decir no. Ayer vi en un documental sobre Arabia Saudí que habían sustituido a los jockeys de las carreras de camellos (niños, tradicionalmente) por unos ingenios mecánicos que, accionados a distancia, usaban la fusta cuando el jeque de turno, que seguía la carrera desde su todoterreno en una pista paralela a la de la carrera, así lo estimaba oportuno. Propongo a los señores Rajoy y Zapatero (fundamentalmente, pero desde luego no sólo a ellos) que se interesen por la patente porque a lo mejor el invento es fácil de adaptar y pueden sustituir a los diputados , a los consejeros, a los concejales y, visto lo visto incluso a los ministros por ingenios mecánimos que hagan lo que ellos desean sin margen posible de error.
Sin embargo, aunque esta apertura de expediente es una nueva manifestación de un mal endémico de nuestros partidos, no por repetido y esperable menos grave, lo verdaderamente llamativo es hasta qué punto los partidos politizan todo aquello que tocan hasta convertirlo en una simple faceta de la batalla partidista, aunque en este caso podría denominarse batalla tribal ya que ésta no se plantea entre partidos diferentes, sino entre familias del mismo partido. Si es cierto que Rajoy demuestra su escaso liderazgo, más grave es el espectáculo de irresponsabilidad que protagonizan Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón con cualquier excusa, y si con ello desestabilizan una entidad tan importante como Cajamadrid, lo dan por bien empleado porque todo, absolutamente todo, es sacrificable en aras a lograr cien gramos más de poder que el otro. Es lamentable comprobar una vez más que todos somos peones para determinados políticos, pero es especialmente aterrador comprobar la impasible frialdad y la irresponsabilidad de quienes nos manejan a su antojo.

1 comentario:

alfredo dijo...

Gran escrito Andrés. Totalmente de acuerdo.
Saludos afectuosos.
Posdata. Nada va a cambiar en España. Aparecerá y pegará fuerte en nuestro país un partido que es un calco del pp y el psoe en estructura interna(ya está hay,atrayendo multitudes). Mientras, pasivos y resignados, seguiremos esperando el surgimiento de una izquierda ciudadana que impulse una verdadera democracia.