miércoles, 30 de septiembre de 2009

Velas hechas jirones no aprovechan el viento

Además de las obvias implicaciones prácticas que tienen los presupuestos generales del estado, su valor político es también incalculable en tanto que está repleto de indicios o gestos que en buena lógica exponen las líneas de acción prioritarias del gobierno. Las líneas de acción prioritarias eran, en palabras del presidente, el gasto en protección social, algo que efectivamente sale muy bien parado en los presupuestos y sería incluso loable si lo que en subsidios se reparte no se perdiera con la subida del IVA, y el cambio de modelo productivo de nuestro país cambiando la economía del ladrillo por la investigación y las nuevas tecnologías. ¿Es comprensible desde algún punto de vista que la anunciada prioridad de la acción política de un gobierno sea una de las partidas que mayor recorte sufren en sus presupuestos? Explicación haberla hayla, pero es casi mejor hacerse el tonto y no comprender nada, no vaya a ser que de tanto repetirlo terminemos aceptando la mentira como parte del juego y sea peor el remedio que le enfermedad. Al menos los ingresos del gobierno son legítimos, que, presuntamente (claro), no parece que todo el mundo pueda decir lo mismo, y después de todo es preferible que a uno le mientan a que le roben. Desconozco, por cierto, si el PP tiene planes, una vez llegue al poder, si llega, de incluir en el ordenamiento jurídico esa clausula Camps que es el eximente por victoria electoral frente a la comisión de cualquier delito (sean inocentes o culpables los cargos sospechosos del PP valenciano, algo que ya se verá y que obviamente desconozco, sólo el hecho de escudarse en los resultados electorales para eludir responsabilidades y/o explicaciones debiera descalificar rotundamente a quien lo pretende en una sociedad democrática). Según parece, para él las victorias electorales deben ser el detergente que todo lo lava, hasta las peticiones de explicaciones, no es de extrañar que vaya siempre tan impoluto aunque todos sabemos que digan lo que digan los anuncios de detergentes hay manchas que por mucho que uno se harte de frotar, no salen. Y pretender que no existen no las deja especialmente limpias. La democracia es lo que tiene, sirve para muchas cosas, pero para justificar los delitos jamás, de hecho la asunción de responsabilidades forma parte de su esencia y parece mentira que haya todavía alguien de argumentario tan grosero como para que pretenda lo contrario.
Un refrán español remite a cada palo a aguantar su propia vela, sin embargo vemos como una y otra vez cada uno de los partidos mayoritarios se preocupa mucho más de derribar el mástil del contrario que de mantener su propia vela en perfecto estado de revista. Y así nos va, por mucho que el viento vuelva a soplar con mayor o menor fuerza, va a resultar francamente difícil navegar si nuestros representantes están tan orgullosos de sus velas hechas jirones porque lo verdaderamente importante no es que hagan su función, sino que son suyas.

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