viernes, 10 de junio de 2011

¡Que cruz!

El presidente de Les Corts ha decidido colocar en la mesa presidencial del parlamento, ese lugar en el que reside la soberanía popular, el crucifijo que ya adornaba su mesa de despacho como consejero, lo que ya era discutible. Por toda justificación a un comportamiento de tan dudosa legitimida democrática ha esgrimido el siguiente argumento de notable profundidad intelectual: yo soy cristiano. Le ha faltado añadir, y además la mesa es mía que para eso nos han votado con mayoría absoluta. No voy a extenderme en el tema, no lo creo necesario ya que quien no quiera ver la inconveniencia del gesto no la verá no mirando a través del telecopio Hubble, simplemente escribo sobre el tema para desearles suerte a los parlamentarios valencianos y esperar que las opciones personales de su presidente no vayan mucho más alla ya que por la misma razón que entiende que su condición de cristiano le legitima para colocar un crucifijo particular en la mesa presidencial del parlamento autonómico, su condición de valencianista, si es que lo es, le permite, casi le obliga, a colocar un escudo del equipo de fútbol, su condición de miembro del pp le legitima para colocar una bandera de su partido y, qué se yo, su condición de omnivoro le permite colocar un chuletón de buey y una merluza (brotes de soja mejor no) sobre la tan distinguida mesa. Confiemos en que no coleccione muñecos de Elvis, perros de cabeza movil o gatos chinos de la suerte para evitar que Les Corts adquieran la apariencia de lo que sus actuales moradores mayoritarios (y absolutos) ya piensan que es, un bazar.

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