lunes, 23 de febrero de 2009

Aunque sean japoneses

A veces me cuesta mucho ponerme en el papel de los responsables de el diario El Mundo para tratar de comprender el porqué de algunos de sus actos. Algunas de ellas lo consigo, pero muchas no, y este domingo sin duda ha sido una de las veces que más lejos he estado de lograrlo, y no creo que sea una cuestión de escasa empatía por mi parte, es decir, dudo que nadie más comprenda los motivos que han llevado a ese periódico a publicar unas fotos pseudopornográficas de menores como ilustración de un reportaje sobre la legalidad de tal práctica en Japón (siempre que no se muestren los genitales). En Japón, comprensiblemente o no, podrá ser todo lo legal que se quiera, pero aquí no lo es, y por encima de eso es de una ausencia de ética francamente repugnante. Una vez que se publican unas fotos aparentemente destinadas en origen a hacer las delicias de todo pedófilo, podría parecer un tema menor el hecho de que se publiquen fotos de menores sin pixelar sus rostros, como marca la ley, pero no lo es, porque en el tan hipotético como dudoso caso de que existiera algún interés informativo superior que justificase la publicación de tan lamentables fotos, nada justifica que se haga ignorando las medidas de protección hacia los menores que nuestra legislación obliga a tomar en caso de publicar imágenes suyas. Aunque sean japoneses.

2 comentarios:

alfredo dijo...

Hola Andrés. Se trata de un diario amarillista en ocasiones. Y es que por desgracia en España no tenemos prensa independiente y seria. En este caso se trata de un diario que como todos los demás no tiene línea libre, sino que son voceros de un partido o de una tendencia, en este caso la derecha contraria a Rajoy.
Saludos

Andrés Barrero dijo...

Hola Alfredo, un placer leerte, como siempre. Es cierto que es en cierto modo órgano de expresión de una determinada tendencia, pero a la vez da la sensación de que publicarían cualquier cosa que les hiciera vender un periódico más que el día anterior, y también es cierto que tiene muchas firmas de lo más variopinto y aparentemente respeta su independencia.
Un abrazo