miércoles, 23 de julio de 2008

La misteriosa desubicación espacio-temporal de monseñor Cañizares, el cardenal que en ocasiones ve muertos

Dice el cardenal Cañizares, según informa El Plural, que decisiones de este tipo (la supuesta implantación de un régimen laicista radical en nuestro país) "ya se tomaron en el tercer reich y por el partido comunista en la Unión Sovietica". Podríamos pasar por alto el hecho de que en realidad, desgraciadamente, España no es un Estado Laico, sino a duras penas aconfesional, incluso podríamos hacer la vista gorda ante el palmario y notorio hecho de que estas palabras las pronunciase en una universidad pública, y aun así serían inaceptables. Lo son por falsas, falaces, mentirosas, demagógicas y manipuladoras, pero sobre todo por el soez intento de tomar por tonta a la opinión pública sin tan siquiera molestarse en hacerlo con algún argumento remotamente creíble.
"Si el hombre puede decidir por si solo", dice el inquisidor, "también puede disponer que un determinado grupo de seres humanos sea aniquilado", algo, los genocidios, que como todo el mundo sabe sólo acontecen cuando el hombre piensa por si sólo, a lo largo de la historia jamás un ser humano le ha quitado la vida a otro por motivos religiosos ni, por supuesto, inspirado, apoyado ni justificado por ningún "hombre de Dios". Las Iglesias del mundo se han caracterizado siempre por su rechazo expreso a la violencia y a la discriminación, nadie podría rebatir esa afirmación aportando un sólo caso de aniquilación por motivos religiosos, o al menos eso parece creer el arzobispo, porque si no no se entiende la sandez. Olvida la memoria el señor Cañizares con semejantes argumentos ultramontanos, pero incluso olvida el presente porque en su arrogancia no se da cuenta de que a estas alturas las iglesias sólo intervienen en la toma de decisiones de los Estados en los países islamistas, y el resultado deja mucho que desear.
"Los nazis llegaron al poder por medios democráticos", tiene a bien recordarnos el prelado, y es de agradecer porque así muestra bien a las claras su escasa comprensión de la democracia, que mal que le pese es mucho más que la existencia de una urna.
Pero hay más perlas, de continuar el avance del laicismo "Europa podría derrumbarse en escombros y todo podría ser permitido", porque todo el mundo sabe que Francia, por poner un ejemplo, es el país más ruinoso moralmente de Europa. Sin duda son preferibles regímenes como el iraní, o tantos en los que la religión está tan presente en la vida civil y cuya justicia se rige por la Sharía, como otros musulmanes pero laicos como Turquía.
Y dice más, "nuestra constitución es aconfesional, y el laicismo es una confesionalidad". Esto también es de agradecer porque explica en buena parte todo el discurso: este señor desconoce profundamente qué es el laicismo y existen serias dudas incluso de que sepa lo que significa confesionalidad:

confesional.

1. adj. Perteneciente o relativo a una confesión religiosa. U. t. c. s.

2. m. ant. confesionario (tratado en que se dan reglas para confesarse).



confesión.

(Del lat. confessĭo, -ōnis).

1. f. Declaración que alguien hace de lo que sabe, espontáneamente o preguntado por otro.

2. f. Parte de la celebración del sacramento de la penitencia o reconciliación, en la que el penitente declara al confesor los pecados cometidos.

3. f. En el catolicismo, sacramento de la penitencia.

4. f. Credo religioso.

5. f. Conjunto de personas que lo profesan.

6. f. Der. Declaración personal del litigante o del reo ante el juez en el juicio.

7. f. pl. Relato que alguien hace de su propia vida para explicarla a los demás. Confesiones de San Agustín, de Rousseau.

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Y para acabar, la traca
: "no es posible un Estado ateo en un Estado de Derecho" y "sólo el creador puede crear derechos". Bien, en la imposibilidad de la existencia de cosas que existen no parece necesario detenerse, para eso Dios, en su inmensa sabiduría, ya nos envió a los publicistas de Evax, basta mirar un mapa y ver cómo los países laicos del mundo siguen ahí, no han sido tragados por la tierra ni han recibido castigos divinos ni tan siquiera humanos. Lo que realmente me llega al alma es esa torticera frase sobre los derechos: sobre su falsedad no es necesario discutir, todos sabemos de donde emanan nuestros derechos en la sociedad, quien los regula, quien los discute, quien vela por su cumplimiento, quien los amplia o los restringe y quien los crea, pero en lo que sí que conviene detenerse es en el hecho de que esto es así desde que tenemos Constitución, no es un invento de Zapatero que haya sustraido a la Iglesia algún derecho fundamental, algún papel institucional del que disfrutase antes de su llegada. Lo único comprobable que ha hecho este gobierno con la Iglesia es darle más dinero que sus antecesores, aunque se ve que el cardenal opina que no ha sido suficiente.
En fin, el señor Cañizares tiene derecho a defender cualquier postura que considere oportuna, no discuto su perfectamente comprensible antipatía ante el laicismo del Estado (a fin de cuentas cree estar jugándose el sueldo), pero sería de agradecer que lo hiciese sin faltar a la verdad, con argumentos de peso intelectual y no con frases apocalípticas más destinadas al titular que a la reflexión, con groseros argumentos de brocha gorda, y sobre todo, que sea consciente del mundo en que vive y de su tiempo, porque lo que ha hecho hasta ahora es criticar un modelo de Estado que no tenemos con unos argumentos que ya no son aplicables. Irrealidad y anacronismo, no son malas palabras para definir la conferencia y, por lo que parece, el pensamiento de este señor que habla de un mundo y de un tiempo que, evidentemente, no son los mismos en los que vivimos los demás. Habrá que preguntarle a Mulder, Scully o, vaya usted a saber, a Jiménez del Oso. Para ellos sí deben ser interesantes la capacidad de habitar en realidades paralelas o de viajar en el tiempo, para la política y la sociedad civil desde luego no.




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