martes, 15 de diciembre de 2009

Los hitos ridículos

Los logros de ayer del Partido Popular en la Conferencia de Presidentes a través de los Presidentes de Comunidades Autónomas que asistían, conviene recordarlo, en representación de todos los ciudadanos de sus respectivos territorios, no de su partido político, amenazan con tener que ser estudiados en las escuelas como dos verdaderos hitos de la política de nuestro país. El primero es lograr que en un acto institucional de gran calado como el que supuso la conferencia, los integrantes de la oposición logren incluir  hasta un 80% de propuestas propias en el documento de consenso (de medidas contra la crisis económica), algo que tiene mérito porque indica en cierto modo la calidad de las propuestas pero que especialmente muestra bien a las claras el espíritu (o la necesidad) de consenso del Gobierno en este caso, y el otro fue hacer el más espantoso de los ridículos al negarse a apoyar ese documento de consenso que, técnicamente, habían propuesto ellos mismos, o al menos así fue en su mayoría. Es evidente que los presidentes de comunidades gobernadas por el PP fueron a la reunión con la consigna de no apoyar nada que pudiera suponer un globo de oxígeno para el gobierno, pero no contaban con que éste, en previsión, aceptara tantas propuestas suyas, lo cual, mostrando una prodigiosa falta de cintura, no hizo que éstos variaran su posición preestablecida quedando así una vez más en evidencia. 
Deben haberse dado cuenta en ese partido de su preocupante cortedad de miras porque han comenzado a preocuparse seriamente por la salud visual de las nuevas generaciones, empezando por rechazar en la Comunidad Valenciana  (uno de sus bastiones) los ordenadores que el Gobierno ofrece a los escolares porque, como son de pantalla demasiado pequeña, pueden producirles problemas de miopía a los alumnos. No conviene criticar demasiado la decisión, porque la buena vista de las generaciones venideras de valencianos será importante para que vean bien lo que votan y supone, por tanto, un pequeño destello de esperanza.

Y hablando de visión y de Esperanza, conviene fijarse en otra viga en ojo propio, propio de la Presidenta de la Comunidad de Madrid concretamente. En estos días, quien más quien menos nos escandalizamos ante la condenable (sin paliativos) agresión sufrida por el Primer Ministro italiano y, consecuentemente, con la innoble reacción de sus acólitos responsabilizando de la acción de un perturbado que lleva diez años en tratamiento psiquiátrico a los periodistas progresistas: "los perturbados también leen periódicos", han llegado a decir. Esta actitud es obviamente indecente e inaceptable en democracia, no es de recibo tratar de sacar partido incluso de algo que sólo debiera suscitar una rotunda unidad, y mal que bien todos vemos lo que de vergonzoso tiene. En Italia, eso sí, porque, ¿podría alguien explicarme que tiene de diferente esa reacción con la que públicamente mostró Esperanza Aguirre relacionando la agresión sufrida por el periodista Hermann Tersch con su posición crítica con el Gobierno?

No hay comentarios: