jueves, 3 de diciembre de 2009

El lobo y la Ley (de economía sostenible)

Que al PP no le parezca bien que se retiren los crucifijos de las escuelas públicas era algo lamentablemente esperable, sin embargo empieza a resultar incomprensible el catálogo de propuestas razonables rechazadas de plano simplemente por ser gubernamentales, catálogo que bien podría empezar con el no reconocimiento al proceso electoral de Honduras y terminar con la indignación ante la equiparación de impuestos de los extranjeros de rentas altas (léase futbolistas) con el resto de rentas altas nacionales. Con tanto que viene el lobo se hace difícil verle los dientes a cualquier propuesta (incluso a cualquier apuesta ideológica, que dijo ayer el Presidente) y se corre el riesgo de mirarla con buenos ojos una vez contrastado el rechazo del principal partido de la oposición, de forma que no tengo muy claro si la Ley de Economía Sostenible tiene grandes las orejas, los ojos y los dientes o es en realidad un catálogo de medidas más o menos positivas que desde luego no son la panacea que promete el Gobierno pero que ayudan a caminar en la dirección correcta. La oposición inicial del resto de los grupos, de todos ellos, parece indicar que no es una iniciativa especialmente afortunada y el pomposo aparato propagandístico de que la ha dotado el gobierno hace desconfiar de ella, no obstante no parece descabellado esperar a conocerla más a fondo para valorarla en conjunto.

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