martes, 16 de junio de 2009

Las involuntarias verdades de Griñán

Don José Antonio Griñán, a la sazón Presidente de la mayor de las comunidades autónomas españolas, dijo ayer en una entrevista en Canal Sur que, aprovechando que se abría un periodo de unos dos años sin procesos electorales a la vista, habría que aprovechar para ponerse a trabajar en resolver los problemas de los ciudadanos que a fin de cuentas era lo importante. Cito de memoria, puede que no lo dijera así en su literalidad, pero básicamente el mensaje fue ese, y lo cierto es que cuando lo escuché me resultó plausible la intención, pero poco a poco fueron madurando sus palabras en mi cabeza y no tardé mucho en indignarme por la aceptación implícita que en sus declaraciones había, no por sabida menos dolorosa: en periodos electorales y preelectorales, los ciudadanos y nuestros problemas importamos un carajo, con perdón. Si tenemos en cuenta de los periodos preelectorales son, para muchos de ellos, los comprendidos entre la publicación de los resultados de una elección y la siguiente comparecencia ante las urnas, el panorama es desolador. Podría agradecerle al señor Griñán la sinceridad, raramente vista en nuestros políticos, pero no es un ejercicio que esté dispuesto a hacer en primer lugar porque probablemente fuera involuntaria, y en segundo porque resulta imperdonable semejante concepción de la politica (imperante, por lo que se ve, ya que no he encontrado ninguna reacción a la entrevista) según la cual el trabajo de quienes se dedican a ella es ganar elecciones y sólo en sus ratos libres trabajar por el bien común de la ciudadanía. Así nos luce el pelo.

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