A little knowlwdge is a Dangerous Thing.
Drink deep or taste not the Pierian Spring.
There, shallow draughts intoxicate de brain and
Drinking largely Sobers us again
Alexander Pope
Un poco de conocimiento es
algo peligroso. / Bebe profundamente o no pruebes la fuente de Pieria./ Así, al
beber a sorbos el cerebro es intoxicado y / el beber largamente nos vuelve
sobrios de nuevo. Es
interesante lo que nos dice Alexander Pope sobre el conocimiento (del que la
fuente de Pieria es metáfora): un poco puede ser peligroso siempre y cuando quien
lo posea piense que es suficiente. Si lo miro desde mi experiencia personal,
tengo que darle la razón. Yo estudié veterinaria pero no terminé la carrera, de
forma que probablemente tenga más conocimientos biomédicos que la media de la
población pero sin duda menos que los profesionales del sector, y eso es un
drama, porque mis mutilados conocimientos a menudo me permiten reconocer los
problemas, pero rara vez me acercan a las soluciones. Tengo para mi que esto es
lo que mal que bien nos sucede a muchos con la situación económica, los medios
nos han ido entrenando poco a poco en el entendimiento superficial de conceptos
económicos que hasta hace poco nos eran completamente ajenos, las explicaciones
de toda laya nos inundan a diario y las predicciones, revisiones y alternativas
nos acompañan en cada temerario intento de bucear en la actualidad que hagamos,
sea por el medio que sea. De esta forma hemos llegado a concebir la ilusión de
que entendemos los mecanismos de esa inextricable maquinaria antinatural en que
se ha convertido la economía y albergamos así la esperanza de comprender lo que
pasa, por qué ha pasado y qué puede pasar a partir de ahora. Pero de esta fuente
estamos condenados a beber tragos cortos, el ciudadano medio no puede aspirar a
nada más que al menú degustación porque el fundamento de la actual ciencia económica
es precisamente que quienes no la manejamos no comprendamos nada. Si llega el
momento en que aprendemos más de la cuenta, ya cambiarán las normas. No podemos
comprender esta degenerada actividad que es hoy la economía a gran escala
porque no es natural, porque no se basa en producir, vender, trabajar y esos
conceptos que mal que bien maneja el común de los mortales, sino que uno se
hace rico apostando al precio de un trigo que aun no se ha sembrado, al
hundimiento de la economía de un país que no se conoce, a la depreciación de
una moneda, etc. Las empresas no se enfocan tanto a su beneficio como al de sus
accionistas, lo que no es lo mismo ni por asomo, y la actividad económica no se
deriva de la intención de atender una necesidad de la sociedad, sino de las
ansias de enriquecimiento de unos determinados agentes que no tienen mayor
conexión con la realidad que aquellos que debieran controlar su actividad y
viven en su mismo espejismo. Hoy por hoy la economía y los gobiernos que se
arrodillan ante sus gurús no están al servicio de los ciudadanos, sino que se
han convertido en operarios de mantenimiento de un gigantesco espejo ustorio
que capta cuanta energía productiva seamos capaces de generar los habitantes de
este maltrecho planeta para devolvernos reflejada toda la potencia destructiva
que concentra y que, por cierto, parece notablemente superior al beneficio que por
otro lado sacan de él.
Temo
no obstante que la inmersión en ese universo económico paralelo que vive junto
a nosotros parasitándonos haya hecho olvidar a sus moradores una o dos reglas
nada complejas, de sencillo sentido común, entre las que destaca el elemental
mandamiento de no matar a la gallina de los huevos de oro. Y yo no se a ustedes,
pero a mi me parece que ya va siendo el momento de dejar descansar a la gallina
y permitirle que recupere la salud, de cesar de exprimirla porque por este método
en lugar de oro pronto se conseguirá únicamente zumo de gallina, que no debe
ser algo con el menor valor comercial. Aunque seguramente habrá quien se haga
rico apostando al volumen de líquido obtenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario