martes, 20 de septiembre de 2011

Rubalcaba y la soberanía popular

Opina el candidato Rubalcaba, parece ser que imbuido de un espíritu ultrademocrático que desde luego no iluminaba al Gobierno del que formaba parte cuando decidió reformar la ley electoral para obstaculizar (y en muchos casos impedir en la práctica) la participación de los partidos extraparlamentarios en los procesos electorales, que lo que el pueblo aprueba en referéndum debe ser respetado y, en caso de entrar en conflicto esa decisión popular y soberana con el marco legal vigente, éste debe cambiarse. Nada que oponer excepto el sorprendente olvido en alguien que presume de inteligencia de señalar que debe ser todo el pueblo concernido por una ley quien pueda cambiarla vía referéndum, no sólo parte, y esta sinécdoque más que un despiste no puede entenderse sino como un grosero acto de demagogia preelectoral. Cabría preguntarle al candidato Rubalcaba, ya que se muestra partidario de adaptar la constitución a la decisión (perfectamente respetable, por cierto) del pueblo catalán, que hará si posteriormente se convoca un referendum en Galicia en el que se decide, en determinados aspectos, lo contrario. ¿Hay que cambiar las normas comunes cada vez que una parte del territorio decida en referendum algo que entre en contradicción con éstas? ¿Para qué sirve entonces el Tribunal Constitucional o, ya que estamos, la Constitución?
Si lo decidido en el Estatut de Catalunya es razonable y aceptable, nadie debe rasgarse las vestiduras porque se busque la manera de encontrarle cabida en nuestro marco legal, pero porque sea bueno, se sitúe en el camino del interés general y mejore de la forma que sea lo existente hasta ahora, pero no porque la población de una determinada Comunidad Autónoma lo decida en referéndum.

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