jueves, 30 de octubre de 2008

¿Qué es la participación ciudadana?

Definir hoy día la participación ciudadana debería ser tarea sencilla, digamos que parece un concepto enraizado en los principios de la democracia participativa y deliberativa, una serie de mecanismos que garanticen la implicación directa de los ciudadanos en los asuntos del gobierno de sus ciudades sin renunciar a su independencia puesto que se hace al margen de partídos políticos. Por tanto es un concepto enfocado en la evaluación, debate y aportación de ideas de los ciudadanos de, sobre y a las políticas de sus gestores. Debajo de mi casa han inaugurado un centro de participación ciudadana, lo cual me entusiasmó en un principio porque lo imaginaba como un lugar donde acudirían concejales a explicar sus actuaciones o a solicitar la opinión de los vecinos sobre sus necesidades, un lugar donde habría asociaciones vecinales y representantes municipales de forma que se pudiesen encauzar de forma ágil y eficaz las sugerencias o quejas de los ciudadanos de a pie, un lugar donde informarse fácilmente del objeto de las obras del barrio, de los trámites a seguir para cada cuestión. En fin, lo que su nombre parece indicar.
En la web municipal, la finalidad de la delegación de participación ciudadana se expresa así: fomenta el asociacionismo en San Sebastián de los Reyes ante la importancia que tiene la participación vecinal en la gestión municipal. Unos programas de ayudas apoyan al tejido asociativo y la realización de proyectos de cooperación al desarrollo.
Una concepción tal vez algo más amplia pero que refuerza mi idea inicial.
Pues cada día, cuando llego a casa, del centro de participación más que debates o exposiciones de concejales, lo que me llega son los ecos de lo que parecen ser ensayos de coros rocieros a un volumen, por cierto, digamos que estridente. Que nadie me entienda mal, me encantan tanto la música como el Rocío, no se trata de eso, no me quejo ni de la existencia de esas asociaciones, ni de su acceso a los recursos municipales, ni de las leves molestias que sus ensayos puedan causarme a título particular, si fuera así me limitaría a pedirle al ayuntamiento que insonorizara los locales.
No hay porque mezclar churras con merinas, es decir, el asociacionismo es bueno y debe ser fomentado y apoyado desde los poderes públicos, pero si bien todas las asociaciones tienen fines muy nobles y respetables, no todas ellas tienen algo que ver con la participación ciudadana, y aunque el texto dice literalmente: "participación vecinal en la gestión municipal", parece sin embargo que el centro de participación ciudadana es más bien una casa de la cultura con un nombre más moderno.
Si parece claro que el asociacionismo cultural es una cosa diferente del participativo o del de desarrollo, tampoco hay nada malo en que se concentre su gestión para lograr una mayor eficacia, ahora bien, ese modelo puede esconder una trampa: si aunque se gestionen juntos no gozan de partidas presupuestarias independizadas (no digo que sea así, lo desconozco, esto es sólo una reflexión, no una denuncia), se aboca a aquellas asociaciones que tienen como finalidad la búsqueda del bien común para la sociedad a competir por los recursos con aquellas muchísimo más numerosas que tienen como fin un desarrollo personal propio o el acceso más efectivo a los recursos municipales. No critico ninguno de los dos modelos, ambos tan necesarios como diferentes, y parece claro que la actividad de una asociación de vecinos,una ONGD, asociaciones de mayores, de mujeres, de servicios sociales y salud o de inmigrantes, se incardinan mucho mejor en la definición de una centro de participación ciudadana que asociaciones culturales, deportivas o de festejos y peñas, que parece más lógico que se ubiquen dentro de otras infraestructuras municipales, y me pregunto si detrás de esta fachada municipal de aparente fomento del asociacionismo, no se esconde en realidad un cierto interés por frenar el impulso de la participación ciudadana.

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