viernes, 6 de febrero de 2009

Temblores

La Presidenta de la Comunidad de Madrid, en el ejercicio de sus funciones institucionales, tuvo ayer a bien interrumpir la intervención de una representante política de otro partido para, aprovechando la autoridad que le confiere el hecho de que su voz representa la de los madrileños, hacer una intervención de gran altura intelectual que describe claramente su concepción de la política, y, extendiendo su mano, dijo: "mire como tiemblo". Con esa sencilla frase hizo suyo uno de los pilares, junto con "tú y cuantos más" y otros similares, de la chulería de barrio que no debería tener representación en política, pero que de la mano de nuestra campechana presidenta y de alguno de sus altos cargos, la tiene. Sería deseable que la representante de los ciudadanos de Madrid pusiera al menos tanto esmero en cuidar las formas como el que mostró en afinar cuando tuvo a bien cantar el público el cumpleaños feliz a una de sus consejeras. Si el resultado al final es igual de desastroso en urbanidad como lo fue en lo musical, mala suerte, pero al menos lo habría intentado. Sería deseable que nuestros gobernantes no concibieran su actividad política como un todo vale en el que ni qué se dice ni como se dice tienen mayor importancia, que nuestros políticos fuesen tan correctos en sede parlamentaria como se le puede exigir naturalmente a cualquier persona civilizada que lo sea en otro ámbito y, por decirlo claramente, que dejaran de avergonzarnos con actitudes que alejan a los ciudadanos de la política en la misma medida en que rebajan a ésta por debajo del nivel de dignidad de la sociedad a la que tan desafortunadamente representan.
Tampoco estaría de más que los miembros de nuestro Gobierno (el central, quiero decir) dejasen de jugar a poli bueno, poli malo con el objeto de focalizar la responsabilidad de la crisis en los bancos, que sí, que todos sabemos que no dan crédito y que no utilizan el dinero público con que se les inyectó liquidez para aquello para lo que se supone que lo debían utilizar, pero en primer lugar si no ha sido así es porque el Gobierno no introdujo en el plan las suficientes salvaguardas para obligar a que así fuera, y en segundo, lo que hagan los bancos no resta un ápice de responsabilidad al Gobierno no en el origen de la crisis, que eso es discutible, sino en su gestión, que deja mucho que desear.
Obama se dispone a aprobar por ley una limitación en los sueldos de los ejecutivos, es decir, acertadamente o no trata de poner en práctica medidas que no son sólo paliativas, como los paños calientes que aplica el Gobierno de Zapatero, sino que de alguna manera racionalicen el sistema para que cuando se salga de la crisis, que se saldrá, se haga habiendo sacado de ella cosas positivas que refuercen la estabilidad del sistema y hagan más difícil que algo así se repita. Las medidas paliativas son necesarias, qué duda cabe, pero si no se acompañan de tratamientos curativos, de reformas estructurales, no servirán absolutamente para nada más que para alargar la situación, y eso no es ni lo que necesitamos ni lo que merecemos.

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